Títol: Almansor i la destrucció de Barcelona
Autor: Xavier Ballestín
Editorial: Editorial Base

Biografia de l’autor

Xavier Ballestín i Navarro (Barcelona, 1963) és Doctor en Història per la Universitat Autònoma de Barcelona. Imparteix docència com a profesor agregat Serra Hunter d’Història Medieval i de Cultures i Mentalitats a l’Edat Mitjana a la Universitat de Barcelona. La seva recerca es centra en la navegació altmedieval musulmana a la Mediterrània occidental, en la xarxa d’assentaments àrabs i amazics a al-Andalus y a al-Magrib i en l’exercici i modalitats del poder polític a l’islam medieval.

Almanzor

RECENSIÓN I REFLEXIÓN DE SOMATEMPS

El libro, y muchos inependentistas, defienden la tesis -errónea- que Borrell II, lideraría la independencia de Cataluña, al no acudir los Francos a defender los Condados del ataque de Alamzor y así se iniciaría la «nación catalana». Pero las cosas son mucho más complicadas (o sencillas según se mire).

Procuró mantener siempre relaciones cordiales con sus dos poderosos vecinos: los francos al norte y losandalusís al sur. Intercambió embajadas con Córdoba (centro del poder musulmán) y firmó un tratado de paz con el califa Al-Hakam II.

Esta buena sintonía se rompió con la entronización de Hisham I (976-1009) y el ascenso político de la figura de Almanzor, el caudillo musulmán que se propuso recuperar el esplendor militar inicial de al-Ándalus.

A pesar de los esfuerzos diplomáticos del conde de Barcelona, los condados de la Marca Hispánica no se libraron de las razias de Almanzor. El 5 de mayo de 985 un ejército partió de Córdoba cruzando el litoral mediterráneo en dirección al campo de Tarragona. Almanzor avanzó a sangre y fuego hacia Barcelona por las actuales comarcas catalanas del Penedés, Llobregat y Vallés, mientras el conde Borrell II organizaba a la desesperada la defensa de sus territorios. Monasterios de los alrededores de Barcelona como San Cucufate, San Pablo del Campo o San Pedro de las Puellas fueron destruidos y sus comunidades asesinadas.

Acto seguido, los aterrados habitantes de las cercanías de Barcelona se encerraron tras las murallas de la ciudad condal, que fue asediada el primero de julio. La resistencia duró poco, el lunes 6 de julio Almanzor arrasó Barcelona llevándose consigo un cuantioso botín y un elevado número de cautivos que más adelante serían vendidos como esclavos o rescatados a cambio de importantes sumas de dinero. El conde Borrell II había sufrido una derrota difícil de olvidar, y las crónicas bautizaron este triste suceso como «el día que Barcelona murió».

Efectivamente, la traumática experiencia obligó al conde Borrell II a intentar retomar las relaciones con los francos. Ofreció al rey Lotario la renovación del juramento de fidelidad a cambio de auxilio militar que garantizase la protección del país frente a nuevos ataques musulmanes. Pero la petición de ayuda coincidió con una grave crisis de la dinastía Carolingia, Lotario murió en 986 y su sucesor Luis V el Holgazán también falleció prematuramente en 987. La nueva dinastía de los Capetos tuvo que defender la corona franca de insurrecciones internas y tampoco atendió las peticiones de auxilio del conde barcelonés.

Dado que nadie respondió a la demanda de auxilio del conde Borrell II, no es de extrañar que cuando en 987 el rey Hugo I Capeto exigió renovar los vínculos políticos con la corona franca. Nunca se ha podido saber por qué no se concretó ese acto de vasallaje. Los independentistas lo presentan actualmente como un acto de «soberanía».

La respuesta fuera un mutismo total, de tal manera que ese fue el último contacto exigiendo la subordinación de los condes de la Marca Hispánica a los monarcas francos. Era la independencia de facto de la dinastía condal de Barcelona, no reconocida jurídicamente hasta la firma del Tratado de Corbeil siglos después, ya en 1258

El caso es que Borell II, Borrell II utilizó el título de Duque de Gotia (dux Gothiæ) y poco a poco fue entrejiendo una política familiar que duraría varias dinastías donde las políticas matrimoniales en lazaban los Condados catalanes con Carcasona, Navarra, o incluso Ramon Berenguer I casose,  en el año 1021,  con Sancha, hija de Sancho García, conde de Castilla.

Borrell II

Categorías:BIBLIOTECA Y CITAS