El 5 de marzo de 1933, Adolf Hitler, jefe del Partido Nazi, gana las elecciones que le conducirán al frente de la Cancillería alemana. Los celebran en Berlín, en Munich (sede nacional del partido) y en Barcelona, donde Hitler también ha ganado, y por mayoría absoluta.
En unas urnas en el barco Halle, anclado a unos metros del puerto, más del 65% de los alemanes residentes en la ciudad depositan su confianza en el NSDAP, el Partido Nacionalista del Trabajo Alemán, el Partido Nazi. La mayoría de la colonia alemana que vivía en Cataluña, apostaba por un nuevo régimen ultraderechista y antisemita para reconducir la crisis económica que vivía su país. En aquellos momentos la colonia alemana en Cataluña estaba formada por cerca de diez mil personas, casi la mitad de todo el Estado. Era la comunidad extranjera más numerosa en Cataluña, la más activa socialmente y la más poderosa económicamente. Con el ascenso del nazismo al poder, empezó, también en Cataluña, la “Gleichschaltung”, o adaptación, de la comunidad germánica. El nuevo cónsul general alemán en Barcelona, Otto Köcher, vió como el despacho diplomático de la calle passeig de Gràcia, 132, quedaba sometida a las directrices del Partido Nazi.
A finales de julio de 1936. Un camión conducido por miembros armados de la CNT, se para delante del Consulado alemán en Barcelona, en el Passeig de Gràcia, 132. Del auto, se apea una patrulla de milicianos que entran en los despachos del edificio y confiscan toda la documentación que encuentran: cartas, carnés del Partido Nazi, propaganda, diarios, informes… Y también listas de los afiliados del Partido Nacionalsocialista Alemán, una información que servirá al aparato anarquista para continuar efectuando, en los días siguientes, registros parecidos en diversos organismos alemanes oficiales y también en los domicilios de los principales responsables del Partido Nazi en la capital catalana.
A mediados de agosto disponen de un botín espectacular, según se explica en un artículo publicado en el diario británico The News Chronicle el 18 de agosto de 1936. El corresponsal en Barcelona escribe: “hoy me han permitido hacer una visita a una casa cautelosamente vigilada en un tranquilo suburbio de Barcelona donde ahora reposan miles de documentos relativos a las actividades de la Alemania Nazi en España. Después de cuatro horas inspeccionando dichos documentos, la autenticidad de los misma está fuera de toda duda, he tenido sensaciones de desmayo, indignación y horror”.
Al cabo de dos meses, concretamente el 22 de octubre, el semanaria Mirador, en un artículo a toda página, titula “El espionaje nazi en España”. Querían hacernos colonia de Hitler!”, en que se afirma: “Nos encontramos, entonces, delante de un hallazgo de valor incalculable para aclarar muchos puntos dudosos de la historia contemporánea”.
En el Instituto Social de Historia Social (IISH), en el número 31 de Cruquiusweg, en Ámsterdam, se ha conservado y microfilmado el magno archivo de los nazis en Barcelona entre 1933 y 1936, requisado por la CNT-FAI en las primeras semanas de guerra. Son los documentos que la mayoría de historiadores habían dado por perdidos. La historia del viaje de los documentos nazis arranca a mediados de 1938, cuando dos líderes anarquistas Diego Abad de Santillán y Paul Partos (de pseudónimo Polgare), contactaron con el Instituto Internacional de Historia Social para que, delante de una posible victoria fascista, estos y el resto de papeles del archivo del Comité Peninsular de la FAI y del archivo de la Oficina de Propaganda Exterior de la CNT-FAI estuvieran custodiados bajo la tutela de esa institución nacida en 1935 para preservar la memoria social europea.
Se trataba de 23 sacos con 130 paquetes. Ese mismo día se decidió que, ante una eventual guerra europea, los sacos se enviarían a Inglaterra, donde el IIHS tenía una sucursal. Las cajas estuvieron unos meses en un edificio de Arrógate, en Yorkshire, pero después se trasladaron a Oxford hasta que en 1947 llegaron, definitivamente, a Ámsterdam, donde se encuentran desde entonces. no se abrieron hasta 1975.
Entre los documentos de la Oficina de Propaganda Exterior se encuentran los archivos del grupo DAS (Deutsche Anarcho-Syndikalisten), sección germánica del anarquismo europeo, que tradujo los documentos confiscado en el Consulado de Alemania en Barcelona.
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Interesante artículo.aunque cae en el habitual error de atribuir a Hitler una victoria que nunca obtuvo.En las elecciones nunca pasó del segundo puesto,aunque el parlamento le eligiera luego como canciller.
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