Rafael María Molina

Estos párrafos corresponden a un fragmento del libro «Las Encomiendas de la Nueva Andalucía en el siglo XVII», una importante obra en cuatro volúmenes publicada en su día, en los 70, por la Academia Nacional de Historia de Venezuela y que recopila una gran cantidad de documentación procedente de archivos de América y España, sobre la legislación del periodo virreinal. Venezuela perteneció en aquellos tiempos al llamado Virreinato de Nueva Granada.

A la vista está simplemente con el ejemplo de este documento, la sincera y permanente preocupación de la legislación española por defender al indio y por su bienestar material y espiritual, frente a la explotación sin escrúpulos de otros imperios. En general la lectura de los Cedularios y las recopilaciones de documentos de la legislación española en América, es a este respecto, muy interesante e ilustrativa.

Se exige a los encomenderos, que tenían indios a su servicio, que cumplieran lo estipulado por Real Cédula (hoy diríamos Real Decreto) del rey Carlos II de mayo de 1672, en el que se confirman y amplían específicamente toda una batería de medidas de protección a los indios de obligado cumplimiento para los encomenderos, que ya se habían establecido en anteriores Ordenanzas Reales. Además la Corona envió en 1688 un «visitador» para investigar y comprobar si estas medidas y otras similares se habían cumplido. Se prohibían específicamente las «entradas» o expediciones para esclavizar indios.

Dicen que dato mata relato. Ya sabemos que el «relato» no muere tan fácilmente, pero si se les machaca con datos verídicos, los «relatos» pueden acabar por morir y extinguirse. Esto puede ser especialmente relevante en relación con la lucha por la verdad sobre la obra de España en América. Estos documentos son un ejemplo de ello.

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