Kinan al-Nahhas, el rebelde de todas las barajas


Axel Seib

Tras el blanqueo de El-Jolani para pasarlo de saudí salafista a «esperanza moderada» para Siria y que cuando Siria se convierta en una teocracia algunos puedan decir «nadie lo podía prever», ahora viene el segundo blanqueo.

Parece que los medios españoles, usualmente muy lejos de defender nuestros intereses nacionales, no muestran el mismo desdén en obedecer algún tipo de orden que les haga ocultar y tapar perfiles salafistas. Hablo de «el rebelde español que lidera la transición en Homs». O más directamente, Kinan al-Nahhas. Puede que tenga la nacionalidad española, eso es cierto. Pero es llamativo que lo traten como «el rebelde español» cuando dudo que el susodicho haga mucha gala de hispanidad. Y llamar rebelde a alguien que defiende un sistema teocrático, no es que sea completamente incorrecto, pero le da una connotación que no posee. El susodicho, como otros muchos salafistas llegados de todo el mundo para tomar parte en «la guerra civil siria», se oponía al régimen de Baaz en Siria como el típico «quítate tú para ponerme yo». Pero es que el que se pone, es aún peor.

Antes de que aparezcan más noticias que tapen parte del curriculum del «rebelde español» al que podrían haber llamado perfectamente «el ojeador andalusí», os informo.

En 2016, un medio muy sistémico, trató al tal Kinan de «un español lidera la diplomacia del principal grupo salafista en Siria«. En 2016 parecía que no había interés en ocultar la doctrina salafista que defiende el «español«.

Pero si profundizamos, nos podemos encontrar en un artículo del año 2005. Artículo de «El Mundo» titulado «El juez Del Olmo se queda sólo con un presunto autor material del 11-M para sentar en el banquillo«. Y en tal artículo aparece, cito textualmente, lo siguiente:

«Kinan al Nahas, el sirio nacionalizado español que puso en contacto a Basel Ghalyoun y a ‘El Tunecino’, es otro de los islamistas que frecuentó el local de Virgen del Coro y que el juez Del Olmo no acaba de centrar en la estructura del 11-M. Y junto Al Nahas estaba Mohammad Tailounie, sirio, experto en informática, amigo de Moutaz Almallah y con buenos contactos en el CNI.»

Llamadme desconfiado, pero yo comienzo a pensar que no es más que un salafista con supuestos lazos con el CNI que ha acabado en Siria de alguna forma desconocida para montar un chiringuito islamista sobre las cenizas de una dictadura. No voy a decir que Kinan al-Nahhas es terrorista. Pero siempre que reparten las cartas, está allí. Y quizás los medios crean que debemos estar orgullosos porque alguien con un plástico que pone «España» y que tuvo papel en el 11-M y que ha sido portavoz de salafistas, dirija alguna clase de destino.

Y sé que saldrá alguno que me diga que el tal Kinan dijo que no quería que convertir Siria en Afganistán ni separara pueblos como en Bosnia. Lo cual sólo demuestra que los tontos venden como un éxito aquello que es un desastre.

Primero, Afganistán, con todo lo brutal que tenga, es un país odiado por Arabia Saudí. Y Arabia Saudí, no es un régimen precisamente respetuoso de los derechos humanos ni de la democracia. Que le tengan asco a los talibanes tendrá más que ver con que no les obedecen a ellos, no por ninguna clase de oposición ideológica.

Pero más interesante aún es la referencia a Bosnia. En la llamada Bosnia hay dos repúblicas, la Republica Srpska, ósease, los serbios ortodoxos metidos con calzador allí para separarlos de Serbia. Y luego tenemos la federación de Bosnia y Herzegovina, ósease, los musulmanes que dan nombre a todo el país. Gran consideración. Entidades separadas y mal avenidas pero unidas a la fuerza para mantener a los serbios lo más divididos que sea posible. ¿La única ventaja? Que la República Srpska es, en la práctica, un estado separado y puede mantenerse ajena de la dirección y voluntad de la demografía musulmana. Eso es lo que odia el señor que no quiere «separar etnias como en Bosnia«. Ese señor quiere mantener a todos «unidos» para caer ahogados bajo el peso de la demografía y mala baba islamista. No olvidemos que en el conflicto de Bosnia, por muy malos que se quiera presentar a los serbios, llegaron generosas horas yihadistas internacionales. Como en Siria.

Personalmente, estoy bastante harto y cansado de tener que soportar el blanqueo de mis auténticos enemigos y tener que odiar a mis únicos aliados naturales. Es lo malo de tener un país «tan soberano», que hasta los medios supuestamente libres, obedecen órdenes de intereses ajenos.



Categorías:GLOBALIZACIÓN, ISLAMIZACIÓN, OPINIÓN, TRIBUNA

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