A primera hora de la mañana del 20 de diciembre del 2000, el agente de la Guardia Urbana de Barcelona Juan Miguel Gervilla Valladolid se encontraba regulando el tráfico en la confluencia de la calle Numancia con la avenida Diagonal cuando intentó ayudar a dos hombres a los que se les había averiado el coche en un lateral de la Diagonal. El vehículo se bloqueó, no tenían llave y lo que podía ponerlo en marcha era un destornillador. El agente de la Guardia Urbana se percató de esta extraña circunstancia y el terrorista de ETA Fernando García Jodrá intentó sacar una pistola. El terrorista y el policía forcejearon, cayendo ambos al suelo. En ese momento se aproximó el etarra José Ignacio Krutxaga y disparó a Gervilla en la cabeza. Inmediatamente después, García Jodrá se incorporó, tomó su pistola y con sangre fría le disparó por segunda vez, matándolo en el acto.

El coche había sido robado por miembros de la banda terrorista ETA unos días antes y habían alojado en él una bomba para tratar de matar al periodista Luis del Olmo, que vivía a escasos metros de donde se había detenido el vehículo. Aquel fue el sexto intento del comando Barcelona de asesinar a Del Olmo y su sexto fracaso en medio año.

Mañana, 20 de diciembre, conmemoramos aquel día terrible y rendimos homenaje al agente de la Guardia Urbana asesinado. Honor a quienes dieron la vida en el cumplimiento de su deber y en salvaguarda de la ley y la libertad de los españoles.

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