Rafael María Molina

El diario La Vanguardia fue fundado en la década de 1880, como órgano periodístico de la burguesía catalana y entusiasta defensor de la política españolista del entonces presidente del Gobierno, el liberal conservador Antonio Cánovas del Castillo, en relación con Cuba, donde tantos intereses tenía esa misma burguesía.

La ideología conservadora, anti revolucionaria y antiseparatista del periódico se demostró de nuevo con su postura frente al intento revolucionario de 1917 en torno a la llamada «Asamblea de Parlamentarios» de las que hablamos en su día en Somatemps. Más tarde respaldaría el golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923, golpe de Estado que fue en gran medida obra de la burguesía catalana y a partir de 1939 su apoyo al régimen del general Franco la llevaría a convertirse en «La Vanguardia Española» durante 40 años.

El otro día La Vanguardia lanzaba durísimos ataques que ya no son novedad contra todos aquellos que se oponen al aborto, al hilo del acto en el Senado de España donde se han dado cita grupos pro vida de todo el mundo. Según La Vanguardia oponerse al aborto es una «flagrante violación de los derechos humanos». Oponerse al aborto es también según La Vanguardia, «incompatible con la legislación vigente en España «. Incluso se hacía eco de bulos como que en la reunión se había pedido la «pena de muerte» para las mujeres que aborten.

Nada tiene que decir, por supuesto, La Vanguardia, sobre la auténtica pena de muerte en relación con este tema, la que han sufrido casi 1000 millones de personas en todo el mundo a las que no se dejó nacer y que hoy serían necesarias para mantener esos «Estados del Bienestar» de los que tanto nos hablan en Occidente.

¿Que dirían hoy D Carlos y D Bartolomé Godó que dieron origen a La Vanguardia en 1881, si viesen en lo que se ha convertido el medio que ellos fundaran?

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