La Assemblea Nacional Catalana, la antaño omnipoderosa organización independentista, que marcaba la agenda a los gobiernos de la Generalitat, afronta la crisis interna más fuerte desde su creación. Una parte del secretariado se plantea dimitir ante lo que considera una actitud autoritaria de la presidenta, Dolors Feliu.

La gota que colmó el vaso fue la posibilidad de presentar una lista cívica a las próximas elecciones al Parlament. En un comunicado, la entidad insiste en que la iniciativa fue apoyada por el 96% de los socios (a la búlgara). En la última asamblea general de enero, hubo ya tensión. El grupo de críticos denuncian que Feliu se puso en la Mesa para dirigir hacia dónde debía llevarse el debate de la lista cívica.

Los críticos, que se han agrupado bajo el colectivo Indesinenter, lamentan que se vetaran dos puntos que mostraban cómo creían que debía enfocarse la lista cívica y la hoja de ruta. Sin embargo, la opción de presentar la candidatura se tumbó. La próxima cita es este sábado, en una nueva asamblea que todo hace prever que va a ser caliente. Ante todo ello, la entidad ha emitido un comunicado en el que atribuye estas discrepancias a tensiones internas propias de debates intensos.

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