Esteban Terradas Illa, nacido en 1883 en Barcelona fue uno de los científicos más brillantes de la España de la primera mitad del siglo XX. Fue un estudiante excepcional, que ingresó en la Facultad a los 15 años. Estudió en Barcelona, Madrid y Berlín. Obtuvo dos licenciaturas en Ingeniería y otros dos doctorados en Matemáticas y Física. Fue profesor de Análisis Matemático y catedrático de Física en la Universidad Central de Barcelona. Fue profesor en la Universidad de Zaragoza.  Fascinado por la mecánica cuántica, estaba considerado el matemático español de mayor prestigio a nivel europeo, de hecho, hablaba varios idiomas. Participó en diversos congresos científicos en Alemania. Fue el primer español en comentar la teoría de la relatividad de Einstein en un artículo de prensa. El mismo Einstein, durante su visita a España, en 1923, colaboró en el seminario de Matemática Física, que dirigía Terradas. Einstein dijo de él: “es uno de los cinco hombres más inteligentes que conozco y uno de los pocos que puede comprender la teoría de la relatividad”

Fue elegido director técnico de la Ferrocarriles de la Mancomunidad de Cataluña y participó en el diseño del Metro de Barcelona. De hecho, la bóveda de la Estación de metro de Plaza de España es obra suya. Participó también en la extensión del servicio de teléfonos que llevó a cabo la Mancomunitat. Al producirse el golpe de Estado del general Primo de Rivera, con el que simpatizó, en septiembre de 1923, se trasladó a Madrid. Primo de Rivera le nombró director general de la Compañía Telefónica Nacional de España para extender la telefonía por España. También le nombró diputado de la Asamblea Nacional, el Parlamento del régimen del general Primo de Rivera. Fue catedrático de Ecuaciones Diferenciales en la Universidad de Madrid

Esa cercanía con el régimen de Primo de Rivera le valió ser represaliado durante la II República, que en junio de 1931 le destituyó como Director de Telefónica. En 1932 se presentó a una oposición para la cátedra de Ecuaciones Diferenciales de la Universidad de Barcelona pero no aprobó lo que produjo un escándalo en toda España. El elegido fue Eduard Fontseré, bien relacionado con la Generalitat, que le otorgó el puesto sin examen, utilizando un resquicio legal en los estatutos de la Universidad de Barcelona. Terradas volvió a su cátedra de Madrid.

En octubre de 1936 hallándose en Barcelona, en plena guerra civil, tuvo que huir de Cataluña, ya que estaba amenazado de muerte al estar considerado como “conservador”. Entre 1936 y 1941 residió en Argentina, donde ejerció como catedrático de Matemáticas en la Universidad de Buenos Aires, alcanzando gran reconocimiento en Argentina. En 1941 el general Juan Vigón, ministro del Aire, le ofreció regresar a España como director del nuevo Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica, que el Régimen de Franco tenía previsto fundar. Terradas aceptó.

En mayo de 1942 fue nombrado director del INTA. El Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica era un concepto muy ambicioso de la España de Franco. La idea original (quizá influida por la futurista megalomanía militar y tecnológica del nazismo alemán) era crear toda una ciudad dedicada a la investigación aeronáutica militar y civil. Al final el Instituto creado tuvo un alcance más limitado, pero, aun así, supuso una gran iniciativa de avance científico para España. Como ha señalado José María Sánchez Ron, a pesar de las difíciles condiciones de la postguerra, el INTA era un centro de investigación notablemente moderno para la época. Toda la concepción y la organización del INTA debió mucho a Terradas. Su sede central se situó en Torrejón de Ardoz.

Además de ser el Director, dentro del INTA Terradas ejerció la dirección del departamento de Motores y dirigió investigaciones respecto a aerodinámica y flujos de aire hipersónicos y supersónicos. Terradas fue nombrado además presidente del Instituto Nacional de Electrónica, fundado por el régimen de Franco. En 1947 representó a España en una tensa reunión en Montreal, de la Organización Provisional de Aviación Civil Internacional, un organismo de la ONU, del que España fue expulsada, en plena campaña internacional contra el régimen de Franco (no volvería a ser admitido nuestro país en esa organización hasta el reingreso de España en la ONU de la mano de Estados Unidos, en la década de 1950). En esa reunión Terradas defendió valientemente a la España de Franco en un ambiente muy hostil. Terradas se quejó al volver a España de que nadie le había agradecido desde el gobierno esa defensa de España, en aquella conferencia. No obstante, en 1949 el Gobierno de Franco le concedió la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X El Sabio y la Gran Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco. Esteban Terradas murió en Madrid el 9 de mayo de 1950.

A la muerte de Terradas, el INTA pasó a llamarse Instituto de Técnica Aeroespacial “Esteban Terradas”, denominación que aún conserva actualmente. El INTA sigue existiendo hoy como organismo público dependiente del ministerio de Defensa. En 1986 se intentó que se convirtiese en agencia espacial española, aunque finalmente ese proceso no se completó. No obstante, el INTA ha llevado a cabo numerosos experimentos a lo largo de las décadas de su existencia y ha construido satélites y cohetes sonda. En 1974 científicos españoles del INTA construyeron el primer satélite español, el INTASAT, que se lanzó ese mismo año desde California. Desde los 90 se han lanzado otros satélites españoles.

Aunque Terradas fue un hombre volcado en la ciencia, más que en la política, no hay duda de que sus ideas eran conservadoras, españolistas y no separatistas; Colaboró con los regímenes de los generales Primo de Rivera y Franco. Por ello hoy un científico tan brillante como Terradas, auténtica gloria de la ciencia catalana, está olvidado por la Generalitat.

RAFAEL MARÍA MOLINA

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