“Escupe o te mato”: Padre Juan Huguet y Cardona, el primer asesinado de los milicianos en Menorca


“Escupe o te mato”. esto le dijeron al cura menorquín Juan Huguet y Cardona,antes de asesinarlo, simplemente por ser católico.

El primer mártir menorquín.

Entre las víctimas beatificadas del 23 de julio, destaca el caso del sacerdote menorquín Juan Huguet y Cardona, de 23 años y natural de Son Sanxo, Alaior (Menorca), era el mayor de los cuatro hijos de un matrimonio de campesinos y desde niño quiso ser sacerdote. Ordenado diácono el 20 de marzo de 1936 por el obispo Irurita de Barcelona, el mismo prelado que moriría en la guerra lo ordenó sacerdote el 6 de junio y presagió al predicar a los diáconos que ordenaba que “estáis destinados a la muerte y al sacrificio”.

Huguet celebró su primera misa solemne el 21 de junio, fiesta del Sagrado Corazón, en su localidad de residencia, Ferreries (en la mitad occidental de Menorca, a escasos 20 km de Ciudadela). Según su madre, solo tras el asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio hizo el sacerdote una referencia a la política: “No se donde vamos a parar, la cosa se enreda mucho”.

En la isla, fracasado el alzamiento militar, se instauró el poder revolucionario el día 23, día en que Huguet celebró misa en la capilla del Santísimo Sacramento, ayudado por un monaguillo de seis años que contó a su madre haber visto, cuando el sacerdote alzaba el cáliz, la figura de un joven vestido de blanco con los brazos en cruz al que tres personajes amenazaban con apedrear. Esta mujer corrió a contar a la madre del sacerdote este suceso, que con el tiempo se asociaría a la devoción a San Esteban, presente en Menorca desde la antigüedad, ya que, según una carta del obispo Severo, reliquias de ese primer mártir cristiano llegaron a la isla en el siglo V.

Esa tarde, según declaró su madre Eulalia Cardona Triay, dos milicianos y un soldado -guardias de asalto, según el padre, Francisco Huguet Villalonga- llegaron al domicilio de Huguet para llevarle al ayuntamiento. El sacerdote se despidió de su madre y sus hermanos Vicente y María: “Adiós, si no nos hemos de volver a ver”. Al llegar, había varios detenidos más, entre ellos un sacerdote.

Al registrar a Huguet, aparecieron un crucifijo y una medalla, y el sargento Pedro Marqués Barber, que se hacía llamar “comandante militar de Menorca”, los sostuvo a la altura del rostro del sacerdote exigiéndole:

-Escupe ahí, escupe ahí, que si no te mato.

Huguet negó con la cabeza, después alzó los ojos, extendió los brazos en cruz y exclamó:

-¡Viva Cristo Rey!

Sin mediar palabras, el comandante le disparó dos tiros a la cabeza. El sacerdote moribundo fue colocado sobre una cama de la vivienda del conserje, donde acudieron sus padres y otras personas, como el médico Jaime Borras. Se le administró la unción de enfermos y murió hacia las 21 horas sin haber recobrado la conciencia.

Su padre, ayudado por otras personas, trasladó el cuerpo al domicilio familiar, donde su madre lo revistió con los ornamentos sacerdotales de su primera misa.

A su entierro acudieron muchos, también izquierdistas. Su asesino, Marqués fue juzgado y ejecutado en la posguerra, y había confesado:

-No puedo apartar de mi mente a aquel joven sacerdote que yo maté.

Dado que Huguet será, a partir del 13 de octubre de 2013, la primera de las víctimas de la guerra en Menorca beatificada, valdrá mencionar someramente el resumen que sobre la persecución religiosa en dicha isla hizo el obispado (Legajo 1459, expediente 7, folios 10 a 24, de la Causa General).

Para el clero menorquín, resultaron fatídicos los días 18 y 19 de noviembre de 1936, en que fueron asesinados, respectivamente, 22 sacerdotes en Cala-Figuera (Mahón) y 15 (en su mayoría del clero catedralicio) en Villa-Carlos. Además, fueron asesinados en Barcelona dos sacerdotes menorquines: el rector del seminario (Pablo Brunet Torrents, 8 de agosto) y el salesiano José María Castell Camps (28 de agosto; beatificado en 2001).

Y ahora la izquierda del siglo XXI viene a hacer homenajes a los que, vilmente, asesinaron a varias personas en el “Atlante”, tratandoles como víctimas o héroes.

Así es la izquierda revanchista que nos gobierna.

Fuente: La verdad ofende



Categorías:Memoria histórica, Religión

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