HISPANIDAD: «MALDITOS LIBERTADORES. HISTORIA DEL SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO»


 

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AUGUSTO ZAMORA RODRÍGUEZ,

MALDITOS LIBERTADORES. HISTORIA DEL SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO,

Madrid: Siglo XXI de España, 2020, 320 pp.

 

RESEÑA

En la historia de América Latina hay un lugar común compartido por todos los análisis, con independencia de la ideología desde la que operan, y es que la responsabilidad del subdesarrollo del continente proviene de la época colonial y su protagonista, el malvado Imperio español. Pero en historia y geopolítica no hay ni imperios malvados ni benevolentes, solo imperios que ejercen el imperialismo. Este interesado relato, más que historia, es un mito inventado por las oligarquías para perpetuarse en el poder y que les sirve de pretexto para esconder su culpabilidad en todos los horrores que han provocado desde el momento mismo en que tomaron el poder.

Un mito exitoso, debe admitirse, pues fue asumido de forma acrítica por las izquierdas, que, de esa forma, se convirtieron en justificadores de las barbaridades de las oligarquías latinoamericanas, desde el siglo xix hasta el presente. De ese modo, las oligarquías han podido mantener inalterable el statu quo nacido de la independencia, es decir, el modelo neocolonial, que facilita el expolio de sus países por la potencia de turno a cambio de apoyarlas en el control de los países y en la salvaguarda de su obscena acumulación de riqueza.

De esos mitos y de sus consecuencias trata este Malditos libertadores que, analizando, desde los extremos hasta el centro, la labor de libertadores como Simón Bolívar. Hay que advertir que mezclando churras con merinas,  el autor arremete contra Pinochet o Bolsonaro. Augusto Zamora R. reivindica el derecho de la memoria que se le ha negado al pueblo latinoamericano para que este pueda marcar un nuevo rumbo que ayude a corregir esta situación.

Entrevista al autor:

«Contrario a lo que afirma la historiografía oficial, la independencia de América Latina de España significó un fracaso para todos sus países. De hecho, no se produjo ninguna liberación, sino que fue un sometimiento al brutal dominio británico y luego de EEUU, algo que continúa hasta el presente y constituye la gran causa del subdesarrollo regional.

Es lo que afirmó en conversación con Radio Sputnik el autor del libro ‘Malditos libertadores’, Augusto Zamora.

De acuerdo al también profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid, la obra es fruto de «una investigación histórica muy rigurosa» de casi tres décadas que le llevó a descubrir «las raíces profundas del subdesarrollo» latinoamericano.

Llegó a la conclusión de que el origen está en las guerras de las independencias en las distintas regiones, que en la práctica sirvieron para cambiar el dominio español por el dominio británico. Refiriéndose a los «llamados libertadores», apuntó que «no liberaron a los indígenas, no liberaron a los negros, no liberaron a los campesinos o a los peones».

«Se liberaron ellos de la tutela de España para pasar a la tutela de Gran Bretaña, pero los pueblos siguieron incluso peor que antes, sobre todo los pueblos indígenas que fueron el gran botín de las oligarquías y que sufrieron un trato incluso peor al que tenían durante la colonia española», aseveró.

Según Augusto Zamora, «hay documentos suficientes» que prueban que algunos de los protagonistas de la independencia latinoamericana, entre ellos figuras como Simón Bolívar, Bernardo O’Higgins o José de San Martín, «pasaron por las oficinas del Foreign Office británico, recibieron dinero, armas, apoyo logístico» de Londres, algo que desembocó posteriormente en «uno de los mayores desastres» que fue «el endeudamiento de los países latinoamericanos con préstamos británicos a intereses onerosos que llevaron la ruina a prácticamente todos ellos».

«Las oligarquías, a las que pertenecían los libertadores, que eran todos terratenientes, millonarios, hacendados, no pensaron nunca en la independencia como la pensaron, por ejemplo, los independentistas de EEUU, es decir, para crear países que funcionaran. Querían sacar a España y punto. No se desarrolló nunca ni hubo una preocupación por el desarrollo de los países, por mejorar la situación de la gente. Simplemente las oligarquías pasaron a administrar los países como si fueran de su propiedad, como si fueran sus fincas, y permitieron que los británicos arrasaran con la economía de cada país de manera que la pobreza se convirtió ya en un mal crónico estructural», aseveró.

Añadió que la «falta de patriotismo» de las oligarquías nacionales era tal que, por ejemplo, «mientras en EEUU la clase gobernante se preocupó de dotar al país de una flota mercante que le permitiera comerciar de manera autónoma, en América Latina todos los países, sin excepción, renunciaron o destruyeron los astilleros que existieron en la época colonial y pasaron a entregar todo el comercio a la flota británica».

«Todo lo que entraba y salía de América Latina tenía que hacerse en barcos británicos, lo que determinó que Gran Bretaña dictaminara, decidiera e impusiera sus reglas a todos los niveles. Aquello fue una catástrofe económica y comercial general para los países latinoamericanos», subrayó.

«Fue en América Latina donde se inventó el neocolonialismo, porque se estableció una alianza entre las oligarquías nacionales y el Imperio británico en virtud de la cual permitían que Gran Bretaña saqueara a los países latinoamericanos a cambio de que apoyara a las oligarquías a mantenerse en el poder. Con el avance de EEUU, el sistema ya está tan instalado que la sustitución de Gran Bretaña por EEUU se hace sin ningún trauma, ni siquiera hay que cambiar de idioma. Simplemente los oligarcas dejan de enviar a sus hijos a Londres o París y los envían a EEUU», señaló.

Recalcó que «el problema terrible es que esa complicidad entre las oligarquías nacionales y el Imperio ahora de EEUU sigue existiendo como tal, como se vio en el golpe de Estado en Bolivia», entre otros ejemplos.

«A EEUU nunca le ha interesado América Latina para otra cosa que como un mercado para sus exportaciones, una fuente de materias primas y un área a la que recurrir para extraer recursos en su esfuerzo por mantenerse como potencia mundial», sentenció.

Advirtió que si esa situación no cambia, Latinoamérica «quedará fuera más de lo que está ya», argumentado que sus países siguen siendo «simples productores de bienes baratos con un escaso valor agregado», al tiempo que es el desarrollo científico-técnico lo que va a «determinar la economía en las décadas futuras».

En este contexto, calificó como «pasos positivos» el acercamiento que se está produciendo con Rusia y China, pero dejó claro que el principal reto está aún por resolverse.

«América Latina tiene que entender que hay que destronar a las oligarquías, que son ellas o los países, y mientras ellas no sean desalojadas efectivamente del poder los países latinoamericanos no tendrán futuro», concluyó Augusto Zamora.

Enlace (sobre el libro): https://bit.ly/2wuKXbo
Enlace (entrevista al autor): https://bit.ly/2IgFqYM



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3 respuestas

  1. Avatar de Fr. Gerundio de Campazas

    La mitat de los EEUU son «América latina»

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  2. Lo que sucede con las «liberaciones» de los ricos hacendados es, por una parte, romper la unidad de mercado inventándose países enfrentados entre sí. Bolivia, por ejemplo, pierde el acceso al mar, lo cual es una catástrofe económica para cualquier país. Uruguay acaba despoblado…

    Curiosamente estas guerras fratricida se financian con préstamos ingleses.

    Lo siguiente es que, al ser ahora ellos los que imponen a la población las leyes (y no el Rey de España, que es neutral y tiene como obligación proteger a todos y específicamente a los indios), hacen las leyes que les favorecen personalmente y quitan las que les perjudican (pero benefician al resto de la población)

    Al poner las leyes que les favorecen, impiden la industrialización, que es con lo que cualquier país se ha hecho rico. Al contrario, sus intereses son agrícolas y mineros, por lo que favorecen la venta de estos productos a Inglaterra, para ser transformados allí y que el valor añadido se quede allí.

    (por eso Inglaterra es muy rica y ellos son muy pobres)

    Es decir, ellos mismos convierten al país en una República Bananera colonia comercial de Inglaterra primero, de Estados Unidos después y ahora de China.

    Sin posibilidad ninguna de que la colonia comercial prospere, porque las materias primas, porque no están transformadas, no añaden ningún valor añadido ni puede haber nadie que trabaje para hacerlo (las clases medias)

    Se transforman en las fábricas de Inglaterra.

    ¿Y cómo han logrado someter a la población a esta locura colonial?

    Gracias a la masonería «ilustrada» y a sus ideales de «libertad» , «igualdad» y «fraternidad» y a las relaciones de obediencia de estas logias con Francia, Inglaterra y Estados Unidos.

    Como dirían los sajones: han puesto a la zorra a vigilar el gallinero.

    Y ahora, la nota:

    ¿Cómo calificaría usted estas medidas de política comercial?,

    Con un 10, naturalmente: han sido muy efectivas e Inglaterra primero, Estados Unidos después y China ahora se han hecho muy ricas gracias a estos patriotas ilustrados y progresistas.

    Well done!!!

    Todavía alguno habrá que diga que el problema es no ser un ilustrado «philosophe» francés o «no haber sido conquistados (???) por los ingleses (???) porque si no, ahora serían como Jamaica».

    Bueno, ya fueron conquistados por los ingleses, desde dentro, y sin esfuerzo gracias a los libertadores hace 200 años; y me da que no ha funcionado mucho -para los nacionales-, no para los ingleses.

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  3. Avatar de joseflorenciodominguez

    Por un lado hacen mucho bien estos libros que ponen las cosas en su sitio. Pero por otro no ayuda mucho que hable de «Latinoamérica» y «América Latina», nombres imperialistas donde los haya, inventados para anular y hacer olvidar la singularidad hispánica de Hispanoamérica. Curiosamente, nunca los usan para referirse a Haití, Canadá o la Guayana Francesa, que tienen también su parte de cultura latina. Para hacer buena apologética de la Hispanidad hay que dejar de una vez de usar esa terminología; por ejemplo, dejemos también de llamar «colonias» a nuestros antiguos reinos de ultramar, que jamás tuvieron tuvieron condición de tales.

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