
El independentismo puede ser dañino para su salud e imagen
¿Será para injeto de cabellos? ¿será para el tinte? El caso es que desvencijado Artur Mas sigue pidiendo sin parar dinero. Y cada vez que aparece el pobre está más avejentado.
Ayer apareció ante la prensa para darnos dos noticias: una buena y otra mala. La buena (para él, y no para nosotros), es que gracias a la Caja de Solidaridad independentista ha frenado el embargo de su casa. La mala (para él, y para los indepententistas) es que aún necesita, quiere, exige, mucha más pasta. No es suficiente.
Por eso apela, exige, chantajea, a los independentistas de que tienen que seguir poniendo pasta para arreglar su desaguisado judicial, político y económico. ¿Qué queda de aquél altanero Mas, guaperas, con melena al viento y cara de Kent, el marido o pareja de la Barbie.
Ya no se habla de independencia, ni de estatuto, ni de Sant Jordi, aquí lo único que vocifera Mas a los cuatro vientos es que: «Queremos pedir a los catalanes que sus aportaciones a la Caja de Solidaridad no se detengan».
Pues nosotros queremos su picazo en la calle Tusset.
ANTES

DESPUÉS

KENT

Categorías:POLÍTICA
Lo cierto es que, a esa llamada caja de resistencia, no tendría que llegar un solo centavo más, pues con lo que hizo con el buti-1, merece que se le embargue o quye se haga lo que el Juez ordene. Y es de esperar que, a los artífices del buti-2, les caiga también lo que se merecen. No se puede dividir a una sociedad a la brava.
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