
El final de campaña de ERC ha sido algo surrealista. La que se va a convertir en la primera fuerza electoral en Cataluña, ya no pidió votos … sólo pasta, mucha pasta. Diecisiete de los treinta encausados han de pagar una fianza de 5,8 millones de euros, a los que se imputa el delito de malversación. Sería el equivalente la cantidad desviada bajo su responsabilidad para la juerga del butifarrendum..
Los llamamientos a engrosar la «caja de solidaridad» del separatismo no han surtido efecto aún. La pasta ya no fluye como antes y los dirigentes de ERC han pedido dinero en vez de votos en sus intervenciones. Las organizaciones separatistas abrieron una «caja de solidaridad» que ha servido para abonar la fianza de 4 millones exigidos a Artur Mas, la que pidió la justicia alemana para dejar en libertad a Puigdemont y los gastos relacionados con la representación legal de los procesados.
Pero ahora que hay que ayudar a los de segunda línea, la caja de resistencia está llena de polvo y telarañas. El proceso ya está tocando demasiados bolsillos que están algo hartillos y de momento, de la pasta, sólo se han beneficiado los jerifaltes.
Categorías:POLÍTICA
Que digan la cuenta. Tengo unos cuantos biletes del Monopoly repetidos.
Mola molt.
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