El 8-M nos dejó múltiples escenas para la historia del histerismo y la paranoia colectiva. Por ejemplo, en este vídeo se recoge a una activista con velo que, al parecer, pertenece a un grupo de feministas “racializadas”, al parecer compuesto por una mayoría de origen inmigrante, abronca a otra que no estaba en su grupo: “¿Eres racializada? Pues ¡fuera puta blanca!”.

Esta insólita escena tenía lugar en Madrid, a la altura de la plaza de Callao, donde un grupo de mujeres quiso establecer su dominio territorial enfrentándose a otras que -evidentemente-no eran opresores machistas, sino mujeres que buscaban un lugar donde chillar.

En el vídeo se comprueba cómo la tensión y el tono van en aumento. Las “racializadas” empiezan a empujar a las otras mujeres que buscaban su propio espacio. Entonces empiezan los insultos y los “¡no me toques!”, “no tienes ni idea”… Pero la tensión continúa. Mujeres inmigrantes del bloque “racializado” empiezan entonces con los insultos. La discusión termina cuando, la misma activista del megáfono, que la luce el hijab le espeta a las otras feministas: “Racista, ¡puta blanca!”. Ante esas acusaciones el otro grupo de feministas decide poner fin a la bronca y abandonar el lugar.

El eterno femenino.

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