
Los dos agentes de los Mossos d’Esquadra que acompañaban a Puigdemont el 25 de marzo de 2017, cuando fue detenido en Alemania, así como el empresario catalán Josep María Matamala Alsina y el profesor de la Universidad de Barcelona Josep Lluís Alay Rodríguez serán, finalmente, investigados por un delito de encubrimiento de rebelión.
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ordenó reabrir la investigación contra estas cuatro personas, después de que su antecesor en el juzgado, el magistrado Diego de Egea, decidiera archivarla el pasado 30 de octubre.
Los magistrados atienden así al recurso de apelación que presentó la Fiscalía contra la decisión de De Egea, en el que alegaba que eran “hechos notorios” en esa época que Puigdemont estaba siendo investigado en el Tribunal Supremo por rebelión y estaba huido en Bélgica.
La justicia se va poniendo las pilas. No son precisamente las del conejito de Duracell, sino como las del Bazar chino de la esquina, pero algo es algo.
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