Quim Torra ha tomado posesión del cargo como presidente de la Generalitat en un acto que ha durado tres minutos. El acto se celebró en el Salón Virgen de Montserrat y sólo con la presencia de su familia directa, el presidente del Parlamento y el secretario del Gobierno. Vamos, que estaba más solo que un caracol en una carrera del galgos.

Torra ha usado la misma fórmula de Carles Puigdemont y no ha hecho mención ni de la Constitución ni del rey, lo cual ya ha llevado a muchos a revisar si se puede anular esa fórmula.  El presidente tampoco se ha colocado el medallón que se traspasan tradicionalmente los últimos presidentes de la Generalitat. Ni bandera española, ni representante del gobierno español y sin foto de Felipe VI. Vamos, más solo que la una.

Para colmo, está llamando a las puertas de posibles «consellers», pero todo indica que tiene problemas para encontrar gente que desee tan apetitoso cargo. Romeva, Bassa, Mundó y Serret, han rechazado reintegrarse al Govern. A Toni Comín, no le quiere ver ni su padre, Q.E.P.D.El perfil racista y xenófobo del nuevo ‘president’ ha espantado a algunos nombres que, en principio, iban a incorporarse a la dirección de la Generalitat. Tampoco anima el hecho de que se trate de un presidente ‘provisional’, como se encarga de subrayar insistentemente el protagonista.

Torra, ya lo hemos adelantado, nos dará muchas tardes de gloria. Aunque hay, en la Plaza san Jaime, no ha tenido precisamente un baños de masas

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