El ex presidente de la ANC Jordi Sànchez para salir de la cárcel es cantar de cantar bailando el cuento de la Caperucita Roja al juez. O si se le pidiera vestirse de lagartearan lo haría, sin lugar a dudas. Pero el juez Pablo Llarena no se cree nada y mucho menos las últimas declaraciones de «Sánches». Le soltó al juez que  la declaración de independencia de Cataluña proclamada por el Parlament “no tuvo validez”, que no cree en la “vía unilateral” y que nunca esperó que el referéndum del 1-O tuviera “consecuencias legales”. Menudo morro.

Tan sólo hace un año, cuando se creía el rey del mundo subido en la proa del Titanic de la ANC pidió públicamente que fueran sancionados los agentes de los Mossos d’Esquadra que se mantuvieran fieles a su juramento de acatar la Constitución y las órdenes de los jueces. Es decir, reclamaba que fueran purgados los mossos que se negaran a colaborar con el proceso ilegal de independencia. Esto de las purgas les encanta.

La ANC planteó esta exigencia en el documento difundido en enero de 2017 bajo el título “Informe jurídico sobre la actuación de los Mossos d’Esquadra durante el proceso hacia la independencia, y posibles incidencias penales”. Todos los Jordis y «Jordas» son unos cobardes y mentirosos.

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