
La improbable investidura de Puigdemont es un proceso laberíntico. En primer lugar su candidatura, Junts per Catalunya (JxCAT) tiene a los principales espadas o en la cárcel o huidos en Bruselas. ERC, por su parte, tiene a su número uno, Oriol Junqueras, encarcelado, y a otros dos candidatos huidos en Bruselas: Meritxell Serret y Toni Comín.
En total hay ocho diputados electos que no podrán votar en la mayoría de las sesiones parlamentarias, lo que deja a un futuro gobierno independentista catalán en minoría frente a la oposición. JxCAT y ERC suman 66, a los que en teoría hay añadir los cuatro diputados de la CUP.
Y ahí está el problema, la CUP no está por la labor y necesita reivindicarse más revolucionaria e independentista que nunca. Sea verdad o no, ha amenazado que sólo apoyará a los que «tirin pel dret» (vayan al grano) y apuesten por la unilateralidad y por desobedecer las leyes españolas.
Visto que Puigdemont está por un «diálogo» con el gobierno central, ello pondría en peligro los cuatro votos y el bloque separatista se quedaría con una minoría de 58 diputados. Y si «Puchi» sigue de radical, la justicia caerá sobre él. Bueno, habrá colas de fiscales esperando ir a por él.
Ahora se trata de ver si el plan Soraya-Junqueras sirve de alternativa. El Pacto Moncloa-Estremena, es la única arma que tiene Rajoy para parar definitivamente al holograma Puigdemont.
Categorías:POLÍTICA
Al final los CUCs harán lo que mas perjudique a España, como siempre,
Estaré atento a este pacto «Moncloa-Estrermera».
VIVA TABARNIA !!!!
VIVA CATALUÑA !!!!
VIVA ESPAÑA !!!!
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