Puigdemont es un mentiroso compulsivo. Eso es evidente. Tras hacerse el gallito durante meses y prometiendo a los independentistas lo imposible,  empieza a reconocer que “no se daban” las condiciones para hacer efectiva la independencia. La hemeroteca está ahí para demostrar cómo alentaba ilusiones falsas.

Así lo ha afirmado en una entrevista al diario flamenco ‘De Standaard‘, donde ha reconocido que la declaración “tenía alguna cosa simbólica y alguna cosa política”. O bien que ni tampoco confiaba en el “reconocimiento” por parte de la comunidad internacional. 

“Decidimos que para empezar a desplegar la ley de transición nacional había un montón de condiciones que en ese momento no se daban», sigue declarando en el diario belga. Pero da igual. Todas las contradicciones de Puigdemont le están aupando en las encuestas. Cuantas más burradas y mentiras dice, los sondeos parecen favorecerle. Parece increíble, pero la democracia es así.

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