
El exsecretario de Hacienda Lluis Salvadó, uno de los detenidos el pasado 20 de septiembre por los preparativos del 1-O, fue taxativo cuando su secretaria le llamó para advertirle de que la Guardia Civil estaba a las puertas de su despacho: «ve a mi mesa, coge los papeles y tíralos por el patio».
«Lluís, la Guardia Civil está aquí», le dijo su secretaria, para advertirle de la presencia de la comitiva judicial en las dependencias de la secretaría de Hacienda, en la Gran Vía de Barcelona, si bien aún no había accedido a su despacho. Pero la orden de «echar todo por la ventana» ya no sirvió. Los agentes acababan de entrar en su despacho.
La causa judicial que permitió las detenciones y registros la abrió el titular del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona a raíz de las conferencias en las que el exsenador de ERC Santi Vidal, que en una conversación intervenida, en la que hablaba con un amigo, reconocía que la situación «se está endureciendo: era el choque de trenes previsto».
A Lluis Salvadó se le conoce por ser el responsable de haber desviado 30.000 millones de euros al extranjero, para financiar la independencia.
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