¡INCREÍBLE!: en 1627, el Rosellón pidió al Rey separarse de Cataluña ”por amor a España”


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La historia se repite. Igual que hoy el Valle de Aran manifiesta su voluntad de no querer formar parte de una Cataluña independiente, en el siglo XVII eran las comarcas transpirenaicas del Rosellón, todavía pertenecientes a la Corona española y dentro de Cataluña, las que expresaban su voluntad de no querer formar parte de Cataluña pero sí de España.

El motivo principal era la voracidad fiscal de la Generalidad catalana de la época, cuyos miembros cobraban elevados impuestos a los ciudadanos y autoridades rosellonesas, llevándose sus recursos a Barcelona. Ello obligaba a la Corona a aportar importantes cantidades de dinero de los contribuyentes de Castilla para financiar a las tropas que protegían aquella estratégica zona de las ambiciones francesas.

Por todo ello, en 1627 las autoridades locales de las comarcas del Rosellón trasladaron a la Corte de Madrid un extenso “Memorial” de más de 100 páginas pidiendo respetuosamente al rey Felipe IV, que el Rosellón formara un reino aparte ,separado de Cataluña pero dentro de la Monarquía Hispánica. Las autoridades rosellonesas manifestaban su lealtad a España y su voluntad de sostener financieramente a las tropas castellanas que les protegían, cosa que en aquel momento no podían hacer al llevarse Barcelona los impuestos de la zona.

Y es que los roselloneses se daban cuenta de la deslealtad de aquella Generalidad que unos pocos años más tarde se sublevaría contra España, uniéndose a Francia. El resultado final de la actitud egoísta y desleal de la Generalidad fue la pérdida definitiva de las comarcas transpirenaicas, perdiéndose así para siempre la unidad de Cataluña y el 20% de su territorio a partir de 1659.

En 1642 los franceses habían conquistado la zona pese a la heroica defensa de los habitantes de Perpiñán que lucharon por su españolidad pero la sublevación del resto de Cataluña impidió a Castilla defender con eficacia a los roselloneses del ataque francés.

Hay cosas que no cambian en Cataluña .El prestigioso historiador británico John Elliott, uno de los mayores expertos en la historia de Cataluña y de España de aquella época ya señala que las autoridades de la Generalidad de aquel tiempo eran famosas por su corrupción y por apropiarse en buena parte de los impuestos que cobraban. Volveremos sobre este interesante documento de las autoridades de las comarcas rosellonesas que destruye ,por cierto, el mito catalanista de la” Catalunya Nord”.

RAFAEL MARÍA MOLINA. Historiador

 



Categorías:HISTÒRIA I RELATS, MITES NACIONALISTES / MITOLÓGICAS

4 respuestas

  1. 71:3.9 (803.9) Una sociedad moral debe proponerse preservar la dignidad de su ciudadanía y brindar a todo individuo normal una oportunidad adecuada para su autorrealización. Este plan de logro social produciría una sociedad cultural de orden superior. La evolución social debe ser fomentada por una supervisión gubernamental que ejerza un mínimo de control regulador. El mejor estado es aquél que coordina más y gobierna menos.

    71:4.16 (804.16) La aparición de la verdadera hermandad significa que ha llegado un orden social en el cual se deleitan todos los hombres sobrellevando los unos las cargas de los otros; de hecho desean poner en práctica la regla de oro. Pero no se puede lograr una sociedad tan ideal cuando los débiles o malvados están a la expectativa para aprovecharse de modo injusto e impío de los que son motivados fundamentalmente por la devoción al servicio de la verdad, la belleza y la bondad. En esta situación un solo proceder resulta práctico: los seguidores de la «regla de oro» pueden establecer una sociedad progresiva en la cual vivan de acuerdo con sus ideales, al mismo tiempo que mantengan una defensa adecuada contra sus semejantes sumidos en la ignorancia, quienes quizás pretenderán explotar sus predilecciones pacíficas, o bien, destrozar su civilización en avance.

    71:4.17 (804.17) Nunca puede sobrevivir el idealismo en un planeta evolutivo si los idealistas de cada generación se permiten ser exterminados a manos de las órdenes más viles de la humanidad. He aquí la gran prueba del idealismo: ¿Puede una sociedad avanzada mantener un estado de preparación militar que la proteja de los ataques de sus vecinos amantes de la guerra, sin sucumbir a la tentación de emplear este poderío militar en operaciones ofensivas contra otros pueblos a fin de la ventaja egoista o el engrandecimiento nacional? La supervivencia nacional exige el estado de preparación militar y sólo el idealismo religioso puede impedir que se prostituya la preparación convirtiéndose en agresión. Sólo el amor, la hermandad, pueden impedir que los fuertes opriman a los débiles.

    El libro de Urantia es una revelación donada por inteligencias celestiales a la raza humana para la elevación moral y la perfección espiritual

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