¡Sorprendente listado! Editoriales que publicaban en catalán durante el franquismo


 

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La lista de editoriales que publicaban en catalán durante el franquismo fue muy extensa. Por mucho que se diga, las ediciones de libros en catalán empezaron pronto y no faltaron editoriales dispuestas a ello. Una de las primeras fue la editorial Barcino que inmediatamente terminada la guerra reeditó las obras de Verdaguer, así como una serie de libros para vindicar la vida del poeta y aclarar las polémicas en torno a su ajetreada existencia. La edición de las obras de Verdaguer estuvo a cargo de Josep María de Casacuberta, un famoso pancatalanista. La editorial Moll, en Baleares, también inició muy pronto, en 1941, sus ediciones literarias en catalán. Igualmente, la editorial Balmes pudo reemprender las ediciones en catalán del Foment de Pietat. Entre 1939 y 1943 se contabilizan ya un centenar de títulos en catalán.

teide.jpgEn 1947 el editor Rafael Dalmau emprendió la Biblioteca Literària Catalana, el nombre fue escogido al prohibírsele el nombre de Biblioteca Nova Renaixença. Editorial Teide, en 1955, comenzaba la colección Biografies catalanes. Por estos años ya había iniciado su andanza la editorial Aedos de la que ya se ha mencionado su premio anual de biografías. Entre ellas –y en pleno franquismo- se publicó la de Prat de la Riba en conmemoración (pública) del 50 aniversario de la Mancomunitat catalana. En 1958, Aedos empezó a editar por fascículos la Geografia de Catalunya. Como curiosidad, decir que por primera vez, tras la guerra, se utilizaba la división territorial comarcal y no la provincial. Otra editorial de aquél entonces es la Hispano Americana de Ediciones SA, que en 1956 empezó a editar una publicación infantil Història i Llegenda, con todas las autorizaciones y permisos legales. Pero desde el gobierno civil de Barcelona se incautó la publicación y el asunto se convirtió en una cuestión política que llegó hasta el Consejo de Ministros. Finalmente se desautorizó la publicación.

selecta.jpgLa Editorial Selecta tuvo una vida más larga. Cabe destacar su Biblioteca Selecta dirigida por José María Cruzet en honor a las letras catalanas. En los años 60 ya había alcanzado, con La Península inacabada de Gaziel, el número de 300 obras en catalán. La obra de Gaziel completaba una trilogía que había empezado con Castella endins (Castilla hacia dentro) y Portugal enfora (Portugal hacia fuera). El 9 de marzo de 1961 se celebró el número 300 con un gran acto literario en homenaje a Cruzet, en el que participaron literatos de toda índole, desde Camilo José Cela hasta José María de Segarra, pasando por Joan Fuster.

pòrticEn 1958, Marià Vila d´Abadal, junto a su cuñado José María Piñol, fundó la editorial Estela que se dedicó principalmente a traducir al catalán autores extranjeros, aunque también publicó a autores autóctonos que escribían tanto en catalán como en castellano. La línea editorial estaba centrada en el debate entre católicos progresistas sobre el futuro de la Iglesia. La editorial acogió y editó, a partir del número 4, la revista Qüestions de vida cristiana, que promocionó el progresismo que emanaba de la Abadía de Montserrat. Ese mismo año aparecía la editorial Nova Terra, dirigida por Mosén Joan Carrera (que llegaría muchos años más tarde a ser unos de los obispos más catalanistas). La editorial se enmarcaba en las diversas secciones de la Acción Católica (juventudes y obreros) que ya por aquellos años despuntaban por su progresismo y antifranquismo latente. La editorial empezó siendo religiosa y acabó en el debate antifranquista. Muchos de los colaboradores de esta editorial lo eran también de la revista El Ciervo. Un proyecto fundamental para el catalanismo fue Edicions 62, fundada precisamente en el año 1962. Intentó una normalización de la cultura catalana dedicándose tanto a textos originales como a traducciones. Igualmente quiso ser una editorial abierta a temas polémicos. Así, publicó libros como Nosaltres el valencians, de Joan Fuster, que tuvo una gran resonancia tanto en Cataluña como en Valencia. El mismo año veía la luz una pequeña editorial denominada Edicions d´Aportació Catalana, dirigida por Joan Ballester Canal y centrada en temas nacionalistas.

barcinoEl número de editoriales que publicó obras en catalán es tan largo que no acabaríamos. Muchas de ellas alternaban la publicación en castellano con la edición en catalán sin ningún rubor ni problema legal. Tenemos la editorial Norfeu, sita en la calle Nápoles de Barcelona; la ya mencionada por sus premios, la editorial Aymà. En Valencia apareció la Editorial Lletres valencianes. Encontramos la editorial Lluís Plandiura que publicó a Carles Soldevila. La famosa Ariel, en pleno franquismo, publicaba también bajo el sello de Edicions Ariel, desde el que vieron la luz interesantes ensayos escritos en catalán. La famosísima Editorial Bruguera también tenía su sección de publicaciones en catalán. Otras eran más pequeñas pero configuraban una constelación de casas editoriales que salpicaban el mercado con sus obras; hablamos, por ejemplo, de la Editorial Freixenet, Editorial Pòrtic o la Editorial Vilcar. Otras estaban especializadas en poesía como La sirena o Edicions de la Negra Nit. También la famosa Destino pudo publicar en catalán con el sello Edicions Destino. Todavía en 1968 se fundó la empresa Tres i Quatre en Valencia. El mérito de estas editoriales es que no estaban subvencionadas, como ahora lo está el libro en catalán.



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