
El fiscal anticorrupción Emilio Sánchez Ulled ha concluido que el Palau de la Música «era la cañería por la que transitaba el dinero» que la constructora Ferrovial supuestamente pagaba a CDC a cambio de concesiones de obras públicas desde las instituciones que controlaban.
Numerosa documentación «corrobora» la confesión del expresidente del Palau, Fèlix Millet, y su ‘número dos’, Jordi Montull, sobre los cobros a CDC mediante la institución. Además Millet y Montull se quedaban con una parte del dinero que Ferrovial aportaba al Palau.
El nombre del extesorero de CDC Carles Torrent –ya fallecido– aparece en cartas y archivos digitales de ‘word’ hallados en el Palau. El fiscal no acusó, por ejemplo, al exconseller y ahora diputado del PDeCAT, Germà Gordó, pese muchas evidencias, pero ahora las tornas se van girando y Gordó -amigo íntimo de Artur Mas- está en el disparadero. Todo se andará.
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