El «prucés» ha despertado los celos atávicos de poblaciones cercanas como la Seu d’Urgell, que consiguiera la delegación de la futura Agencia Tributaria de Cataluña para la capital del Alt Urgell. Como consecuencia indirecta ello obliga al cierre de la actual Oficina Liquidadora de Puigcerdà.

La medida permitirá que los dos trabajadores de la entidad de la capital ceretana puedan presentarse a una próxima convocatoria pública al igual que miembros de la plantilla actual de las oficinas liquidadoras ubicadas en Sort y en la misma Seu d’Urgell integrada por tres empleados en total.

El problema viene de que el departamento de Economía de la Generalitat (el chiriguito de JUnqueras) había prometido nueve plazas y ahora sólo hay dos. En resumen, como ahí todos son de la vieja CiU ahora se genera un problema de cómo amañar las «opos», pues habrá siete víctimas colaterales de la Hacienda catalana. Tal menudencia se está convirtiendo en una causa belli en estas comarcas pirenaicas.

Categorías:POLÍTICA