Hace unos días, saltaba por las redes una verdadera movilización masiva de usuarios. El hecho se puso en marcha al aparecer un Hastag #CocaColaRompeEspaña, que revolucionaba las redes. La denuncia era que Sol Daurella, representante de Cocaloca (embotelladora, vamos) en España, se metía de lleno en Diplocat (el chiringuito separatista para «internacionalizar» el prucés.

El caso es que lo que inicialmente era una campaña contra la contradictoria actitud de Sol Daurella, resulta que se extendió por toda España en una protesta masiva. Se ve que ello puso nerviosos hasta a los jefazos de Atlanta.

Misteriosamente, (¿Para aplacar ánimos?), en uno de los digitales que en Cataluña se ha destacado por su lucha contra el nacionalismo, ha empezado a parecer publicidad de Coca-cola.

Misteriosamente, (¿Para aplacar ánimos?), en uno de los digitales que en Cataluña se ha destacado por su lucha contra el nacionalismo, ha empezado a aparecer publicidad de Coca-cola. Y más misteriosamente aún, algunos de sus colaboradores han empezado a escribir contra los «malos», «malísimos» que hacen campañas de boicot contra coca-cola u otros productos antinacionalistas. No se preocupen. Seguro que todo es mera casualidad.

Incluso en algún artículo, de este digital antinacionalista, se afirma: «No somos partidarios de boicots por su inutilidad. Como los mítines, son acciones que sólo convencen a los ya convencidos. No somos partidarios de iniciativas de ese tenor porque hacen daño a la libertad de mercado» y arremete, contra: «el unionismo tiene en su seno toneladas de caspa rancia y mucha hiperventilación propia. Hay, en síntesis, nacionalismo español a raudales«.

Todo ello huele al socialismo federalista más rancio y traidorzuelo. Como siempre, cuatro catalanistas, disfrazados de constitucionalistas (que sólo pretenden reformar la Constitución para liquidarla)

Ha habido una micro campaña de aplausos al articulista (como por ejemplo de algún articulista del mismo medio), por su posición frente a los que hacen campaña contra Daurella. Todo ello huele al socialismo federalista más rancio y traidorzuelo. Como siempre, cuatro catalanistas, disfrazados de constitucionalistas (que sólo pretenden reformar la Constitución para liquidarla), pretenden dirigir a miles de voces que tienen el sentido común de ver la traición de Daurella, y la contradicción de Coca-cola.

Pero en fin, hay gente que incluso vende su alma por algo menos que unas latas de coca-cola. Ya estamos acostumbrados, aunque sería más romántico venderse por un plato de lentejas. es más español.

P.D. Si es un poco avispado, descubrirá fácilmente de que estamos hablando.

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