Xavier Rius entrevista a López de Lerma (ex CiU): «Mas es un incompetente»


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En E-Notícies.

Josep López de Lerma fue diputado en Madrid desde 1980 hasta 2004. Ahora acaba de publicar un libro cuyo título lo dice todo: «Cuando pintábamos algo en Madrid» (ED Libros). Francesc Homs, en efecto, dice que «haremos la legislatura imposible» a Rajoy, pero desde Grupo Mixto y con sólo ocho diputados parece difícil. CiU sacó en la época de López de Lerma 17 diputados (1993). En realidad, tampoco hay que ir tan lejos: en 2011, en este caso con Duran, tenían 16.

– Qué vista tuvo Florentino Pérez. Tras el fiasco del Partido Reformista dijo: «ahora, a ganar perras».

Pues sí. Se trazó dos objetivos – crear una gran constructora y ser presidente del Real Madrid- y ha conseguido ambas cosas. Es una persona de una inteligencia prodigiosa y un gran currante.

– ¿Qué ha hecho mal CiU en Madrid?

 La CiU de entonces, no entrar en el gobierno de España y sentarse en el Consejo de Ministros, que es el lugar donde se deciden las cosas, mientras daba apoyo parlamentario estable a los gobiernos en minoría.

– ¿Y en Catalunya?

No preparar adecuadamente el cambio de Pujol a un tercero que estuviera bien preparado y no fuera un candidato improvisado.

– De hecho, Pujol estaba en contra no ya de la independencia, sino también de la autodeterminación. En el libro cuenta una bronca a Max Canher a finales de los 90 por una resolución en el Parlament a favor del derecho a la autodeterminación.

Es así. Pujol nunca fue independentista, y a los hechos que relato en mi libro me remito. Si lo hubiera sido, de independentista, nunca hubiera asegurado la buena gobernabilidad de España, sino que hubiera aprovechado las debilidades gubernamentales y parlamentarias que se daban.

En cuanto a la autodeterminación, hay que decir que ésta se encontraba incluida en todos los programas de los partidos catalanes, en 1977 y antes, e incluso, en el del PSOE y en el del PCE, pero en la medida en que España se iba integrando en supraestructuras estatales y cedía elementos de soberanía, como la moneda, las fronteras o la defensa militar, la autodeterminación perdía sentido. Hay que decir, además, que el principio de que a cada nación le corresponde el derecho a su autodeterminación hasta convertirse en estado, nace en el siglo XIX, principalmente de la mano del italiano Manzini, una vez observada la realidad de que tanto Italia como Alemania precisaban de una unificación dada la complejidad interna derivada de que eran territorios donde coexistían estados de pequeño formatos que debían fusionarse en uno superior. Volviendo a Catalunya y a la antigua CiU, Roca, en artículo publicado en La Vanguardia días después del choque de Pujol con Canher, reformula el concepto diciendo que el derecho a la autodeterminación se ejerce cada vez que somos llamados a las urnas. Pujol no lo desmintió.

– Si Roca hubiera sustituido a Pujol en los años 90, ¿nos hubiéramos ahorrado el caso Pujol? Dicen que el poder corrompe.

No sé, pero si dicen las hemerotecas que todo comienza cuando a Roca se le quita la competencia de responsabilizarse de las finanzas de CDC.

– ¿Pujol, sin embargo, tenía más instinto político que Mas? Usted afirma que era un «hombre dotado de gran Capacidad para visionar con acierto el más allá».

Obviamente. Si no fuera por lo que se llama «caso Pujol-Ferrusola», Pujol sería reconocido hoy como el gran estadista de España de todo el siglo XX. No tengo ninguna duda.

– Tengo la sensación de que, con el proceso, Mas ha ido una de farol. Ha ido subiendo la apuesta a la espera de la reacción de Rajoy.

Mas es un falsario. Carente de ideología, sobrado en su soberbia, y rodeado de un ‘hueso’ de mediocridad a la enésima potencia, va en busca de una embestida sin precedentes contra el Estado personificado por el PP. En su ignorancia y arrogancia, llega a creerse que una hormiga puede hacer caer a un elefante. Cuando se da cuenta que se ha puesto en la ratonera que él mismo ha construido y que se ha encerrado dentro y ha tirado la llave fuera, ofrece su cabeza a la CUP en la búsqueda de un cierto reconocimiento de dignidad en su caída.

Siendo cierto que Rajoy ha practicado la «impenitencia estatal», como decía Gaziel en referencia al no moverse, lo que hoy llamamos «quietismo», es igualmente cierto que el bloque de constitucionalidad integrado por la Constitución y el Estatuto de Autonomía, imposibilita del todo un referéndum sobre la salida de Catalunya de España. En ninguna Constitución escrita del mundo occidental, es decir, regida por el principio democrático, se reconoce el derecho a la secesión de parte del territorio que integra al Estado. Tampoco lo reconoce la ONU.

– ¿Confundió la Diada del 2012 con un sondeo electoral? Lo digo porque convocó elecciones anticipadas pocos días después de la manifestación multitudinaria del Once de Septiembre.

Sí, una prueba más de su incompetencia, que el pueblo la subrayó haciéndole perder diez diputados cuando su meta era alcanzar la mayoría absoluta.

– En realidad, cometió más errores. Cómo dejar en manos de su «guardia pretoriana» -la expresión es suya- las negociaciones con ERC tras las elecciones de 2003. Al final se quedó sin presidencia.

Como explico en mi libro, le aconsejé pactar con el PSC y no hacerlo con ERC. Yo entendía que al hiperliderazgo personal de Pujol le tenía que seguir un gobierno de coalición entre CiU y el PSC; es más, los resultados electorales también señalaban esta opción. Pero él, mal aconsejado, optó por ERC. Y cuando yo le digo que el «tripartito» está hecho, él me contesta que lo tenía mal entendido porque en aquellos momentos sus «niños» estaban pactando con ERC el gobierno. Un minuto más tarde, el president Pujol le comunicaba el acuerdo entre el PSC, ERC e ICV. Se pasó siete años en la oposición.

– ¿Qué cree que ha fallado en Mas si realmente ha fallado en algo? ¿La estrategia? ¿La táctica? ¿El personaje? ¿El equipo?

Quien ha fallado es él y el ‘hueso’ que la acompañaba. Como nos decían las abuelas, de » donde no hay no se puede sacar». Observe los resultados: CiU se autodestruye, CDC se encuentra en liquidación y con sus sedes embargadas por resolución judicial derivada del «caso Palau», Mas es decapitado por la CUP y la «nueva» Convergencia ya no pinta nada en Madrid; es la insignificancia política en estado cristalino. Todo un éxito del personaje.

– En la página 20, hay una frase suya demoledora «hay que tener clara la estrategia para no errar en la táctica». No sé si lo dice por él…

No; en aquellos tiempos Artur Mas se llamaba «Arturo» y no militaba en ningún partido opuesto al régimen franquista. Sin embargo se le puede aplicar en la medida que ha practicado el tactismo por tactismo sin detenerse a pensar si hacía el ridículo diciendo hoy una cosa y mañana exactamente la contraria.

– Déjeme adentrarme en algunos episodios del libro: Joan Rigol «maniobró lo que no está escrito», según sus palabras, para ser presidente del Senado.

A Rigol le puede su pasado de cura y la liturgia vaticanista. Siempre ha sido un presumido.

– Con la elección del juez Pascual Estevill para el Consejo General del Poder Judicial, luego condenado por corrupción, también metió baza.

Sí, porque como explico en mi libro, el ministro Belloch y con él todos los socialistas mostraron a Roca su absoluta disconformidad en relación a la propuesta. Ante esta situación, se le presenta por el Senado al objeto de que el asunto del nombramiento de Estevill se tramite con perfil bajo. Sin embargo, el presidente del Senado, Laborda, quiere dejar para la historia que él no apoyaba la candidatura de quien años después llegaría en el estadio de condenado por comisión de delitos varios, y Rigol lo sustituye en su condición de uno de los dos vicepresidentes, y además hace un «bocadillo» sometiendo a una única votación tres asuntos distintos al objeto de que no hubiera una revuelta de los senadores contra Estivill al ser una votación mecánica, por botón, y no por llamada. Se lució bien, el pobre Rigol.

– Usted fue un visionario: auguró que Luis Roldán escaparía. Le costó el cargo al entonces ministro del Interior, Antoni Asunción. Murió hace poco. Recuerdo una ‘sabatina’ de Gregorio Morán del pasado mes de marzo donde decía que su muerte significaba el final de una generación política salida de la Transición.

Así es, se lo advertí, y Asunción, hombre íntegro, asumió su responsabilidad política dimitiendo del cargo. Hoy y aquí nadie dimite por más grande que la haga, como el propio Gregorio Morán dijo tantas y tantas veces.

– ¿Nos hemos cargado definitivamente la educación? La gente está contra las reválidas e incluso los deberes en casa.

Seguimos arrastrando una cuestión doctrinaria como es la politización del sistema educativo que tiene sus raíces en el siglo XIX. Bajo la creencia de que la enseñanza de los niños y de los jóvenes debe impregnar a estos de valores que se encuentran en el catecismo doctrinal de cada formación política, hemos hecho que, a su vez, a gobierno distinto le corresponda una revisión de la totalidad del sistema educativo. Se ha puesto el acento en el doctrinarismo escolar y no en la calidad del sistema educativo, orientando este hacia los nuevos retos intelectuales, laborales y sociales. El resultado es el que hace pocos días dio el Instituto Balmes: España se encuentra en el mismo nivel educativo que Libia y Laos. Todo un fracaso; un gran fracaso, que no se puede esconder bajo discusiones relativas a reválidas y deberes a hacer en casa. Yo de deberes en casa siempre había hecho y además superé tres reválidas. Y estoy muy bien en salud mental.

 – Tengo una duda: ¿por qué Catalunya no tiene Ley Electoral después de casi 40 años? ¿La actual ley favorece el soberanismo?

Sí, le favorece, clarísimamente, y no obedece ni mucho menos al principio de proporcionalidad que tiende a que cada voto «cueste», en términos electorales, el mismo con independencia del lugar desde donde se emite. Hay algo más: nos habla constantemente de crear «estructuras de Estado» para cuando la independencia y se olvida de que el sistema electoral es la segunda estructura de Estado más importante después de la Constitución-Estatuto. Una contradicción patética dado que tenemos plena competencia para legislar sobre el sistema electoral catalán desde 1979!

– Las relaciones entre el Rey y Aznar eran gélidas. Lo digo por el episodio del puro que usted explica.

No sé si eran «gélidas», pero sí distantes. En el episodio del puro vengo a resaltar que el Rey, que reina pero no gobierna, también expresa sus preferencias mediante la gestualidad. Entre Juan Carlos y Aznar nunca existió «química» personal, al contrario de la relación del monarca con Suárez o con en González.

– En la presentación del libro me encontré un ex colega suyo, no le diré el nombre, que me dijo que había sido escrito desde el resentimiento. ¿Le duele haber dejado de ser diputado?

Seguro que no lo había leído, el libro, porque en ninguna parte se puede encontrar ni un miligramo de resentimiento, entre otras cosas porque soy yo quien dejo la política y nunca nadie me indicó que la dejara, al contrario. El libro, y tal vez por ahí alguien se puede sentir molesto, es una reivindicación de la etapa más fructífera de la CiU de toda la vida. No pretendo compararla con la que siguió, pero naturalmente el lector, en el ejercicio de su libertad, la compara. En este comparativo, gana el trabajo hecho, el diálogo, el pacto, la complicidad, el entendimiento y el resultado final: La construcción entera de la Generalitat que tenemos y la influencia política a nivel de estado hasta el punto de que el 80 % de las leyes aprobadas en aquellos tiempos llevan el sello inconfundible de CiU. Y el libro puede llegar a molestar, claro que sí: Es la hoja de ruta que será utilizado cuando el independentismo sea derrotado en las urnas. Se volverá al ‘pájaro en mano’ y a la obediencia de las leyes. Es decir al pragmatismo y al posibilismo; al pacto.

– Usted era roquista, pero no vi a Miquel Roca en la presentación del libro, ¿tengo que pensar mal?

 No; estaba presidiendo un acto o una reunión del patronato del MNAC, y la agenda siempre manda y prioriza.

– De todos modos, usted estuvo casi 25 años de diputado en Madrid. Me parece que Carles Campuzano ya lo supera

Pues es posible, pero no lo veo cansado, todavía.

– Me dicen que los que más critican a Puigdemont son los convergentes en Girona. ¿Usted qué sabe?

Absolutamente nada y la verdad es que tampoco me interesa./Entrevista de Xavier Rius.



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