
El poderoso Almanzor que se había ganado un gran renombre como militar , decidió después de 22 sangrientas expediciones, hacer suyas las tierras de «Afrank «, que era el nombre que los árabes daban a Cataluña. Enterado de estos propósitos el conde Borrell II, quiso detenerlo, pero fue vencido. Asediada Barcelona, cayó en manos del terrible Almanzor, que la paso a sangre y fuego, mandando como cautivos a las Baleares a los pocos cristianos que sobrevivieron a la tragedia.
Borrell II pagó así un precio muy alto a pesar del vasallaje al Califato de Córdoba, para desembarazarse del vasallaje al Reino Franco.
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