Por ocho votos a favor y tres en contra, eso sí, se ha impulsado la ponencia de la magistrada Encarna Roca, partidaria de los planteamientos del PP, que interpuso un recurso de inconstitucional hace seis años contra la modificación de la Ley de Protección de Animales que prohibía las corrides.
Según el Constitucional, Cataluña invadió competencias del Estado: puede regular los festejos taurinos, pero no puede prohibirlos. La tauromaquia fue declarada patrimonio cultural español por el Gobierno del PP, por lo que se considera que la prohibición catalana pisaba competencias del Estado central.
La portavoz del Gobierno de la Generalitat, Neus Munté, manifestó que el ejecutivo catalán intentará dejar sin efectos prácticos una sentencia como esta.
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Solución: Empezar a suspender aquellas Competencias Ultrajadas por esos payasos, pero para eso hace falta un Gobierno Serio en España.
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Y efectivamente no obedecerán, lo que demuestra por millonésima vez que el problema es la existencia de ese proto-estado sedicioso que se ha arrogado el nombre de Generalidad. Desde luego, en su encarnación actual y controlado por la oligarquía separatista es un problema sin solución. Pero esta constatación, que es una constatación fría y factual a la que toda persona debiera rendirse, es todavía demasiada dura de tragar para muchos leales decididamente anY efectivamente no obedecerán, lo que demuestra por millonésima vez que el problema es la existencia de ese proto-estado sedicioso que se ha arrogado el nombre de Generalidad. Desde luego, en su encarnación actual y controlado por la oligarquía separatista es un problema sin solución. Pero esta constatación, que es una constatación fría y factual a la que toda persona debiera rendirse, es todavía demasiado dura de tragar para muchos leales decididamente antiseparatistas. Hasta tal punto de profundidad llega el problema cultural. La idea irracional de que sin esta taifa eres «menos catalán», como si un gallego fuera «menos gallego» sin la Xunta. Es intelectualmente ridículo, pero qué se le va a hacer.tiseparatistas. Hasta tal punto de profundidad llega el problema cultural. La idea irracional de que sin esta taifa eres «menos catalán», como si un gallego fuera «menos gallego» sin la Xunta. Es intelectualmente ridículo, pero qué se le va a hacer.
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Y efectivamente no obedecerán, lo que demuestra por millonésima vez que el problema es la existencia de ese proto-estado sedicioso que se ha arrogado el nombre de Generalidad. Desde luego, en su encarnación actual y controlado por la oligarquía separatista es un problema sin solución. Pero esta constatación, que es una constatación fría y factual a la que toda persona debiera rendirse, es todavía demasiada dura de tragar para muchos leales decididamente antiseparatistas. Hasta tal punto de profundidad llega el problema cultural. La idea irracional de que sin esta taifa eres «menos catalán», como si un gallego fuera «menos gallego» sin la Xunta. Es intelectualmente ridículo, pero qué se le va a hacer.
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