Mientras que la zarzuela florecía en España, en Cataluña se fue desarrollando una zarzuela propia con libretos tanto en castellano como en catalán. Recientemente en Sabadell se estrenaba, en el Teatro de la Farándula, Romança sota la lluna de Joan de la Creu Ballester.
Se puede recordar la obra de Santiago Rusiñol L´alegria que passa, con música de Enric Morera o Lo cant de la Marsellesa de Nicolau Manent. Aunque quizá la zarzuela catalana que gozó de mayor éxito fue Cançó d´amor i de guerra con texto de Luís Capdevila y Víctor Mora y letra de Rafael Martínez Valls. En la década de los 30 la obra se representó más de dos mil veces en Cataluña. Martínez Valls también compondría la exitosa La legió d´honor.
El Teatro del Liceo durante muchas décadas tuvo a bien representar zarzuelas tanto castellanas como catalanas desde el Barberillo de Lavapiés hasta Els pescadors de Sant Pol. Personalidades como Adrià Gual, Joaquim Pena, Enric Morera o Enrique Granados promovieron la lírica catalana componiendo títulos como El Comte Arnau o La Santa Espina. Esta última tiene texto de Àngel Guimerà y música de Enric Morera y de ella salió la famosa sardana La Santa Espina, que, junto a Els Segadors, son las dos canciones más paradigmáticas del nacionalismo catalán.
Otra historia prácticamente desconocida es que la famosa canción El novio de la muerte, que era parte de un cuplé, y con el tiempo se convirtió en la canción más paradigmática de la legión, su música fue compuesta por un catalán. Se trataba de Joan Costa, que entusiasmado por el libreto del cuplé, le puso música en una semana. La canción se haría famosa por las interpretaciones de Lola Montes. Sobre este espíritu lírico del pueblo catalán, el nacionalismo ha mantenido un silencio sepulcral.
Categorías:CATALANS HISPANS, CULTURA, Uncategorized
Deja un comentario