Con motivo de la muerte de Carlos II, fueron numerosas las obras de elogio en Cataluña por el Rey fallecido. En ellas, ya asomaban las alabanzas al nuevo monarca Felipe V. Un ejemplo de ello es la “Lamentación fúnebre” (1700) del catalán Francesc Brú en la que se lee “el Rey es español por más que haya nacido en Francia. Porque los reyes toman la naturaleza de la Corona, no de la cuna; de los reinos en que mandan, no de las tierras en que nacieron […] venga a España el serenísimo Felipe de Francia y será más español que nosotros, pues a nosotros nos hizo españoles la tierra, y a Felipe el Cielo, a nosotros la cuna y a Felipe la Corona”.
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Francisco Brú, jesuita, firma Francisco en su Lamentación fúnebre por la muerte de Carlos II, un pobre retrasado mental que jamás tuvo que se rey, tuvo toda la razón en elogiar a uno de los mejores reyes de España, un francés de pura cepa, que entre otras cosas fue generosísimo con Cataluña. Tras vencer a lo austracistas catalanes abrió el mercado continental y de indias a Cataluña. Pero malos genes tenía, con excepción de Carlos III todos los Borbones han sido un desastre culminando en un degenerado que debía haber sido ajusticiado, Fernando VII.
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