Hispanidad: la primera misión sanitaria internacional. España salvó a Filipinas de la viruela


vacuna

Imagen de la placa en español de un monumento conmemorativo en Filipinas, en la que se expresa la gratitud del pueblo filipino al Rey Carlos IV de España, por el envío de una expedición a los territorios españoles en América y Filipinas, para distribuir de forma gratuita la recién descubierta vacuna de la viruela.

Fue un hito en la Historia de la Medicina pero, pese a su trascendencia, sigue desconocido para el gran público. El 30 de noviembre de 1803 partió del puerto de La Coruña la primera misión sanitaria internacional documentada, la que se conoció como «Real Expedición Filantrópica de la Vacuna o Expedición Balmis», en honor a su artífice: el doctor y cirujano Francisco Javier Balmis.

Médico personal de Carlos IV, Balmis convenció al monarca para enviar una expedición a los territorios españoles en América y Filipinas, para distribuir de forma gratuita la recién descubierta vacuna de la viruela.

Aquel periplo recorrió Puerto Rico, Caracas, Cuba, México y Filipinas para regresar a España tres años después, en el año 1806. La particularidad de la expedición es que Balmis trasladó la vacuna mediante cobayas humanas: una cadena formada por niños huérfanos que fueron portando de forma sucesiva en sus cuerpos la vacuna, bajo los cuidados a bordo de la rectora del hospicio de La Coruña, Isabel de Cendala, de donde procedían los niños.



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1 respuesta

  1. Permítame disentir:

    La expedición de la vacuna no terminó en las Filipinas: pasó a China (Macao y varias ciudades de Cantón ) a través de niños huérfanos de la parroquia de Santa Cruz (y gracias a su párroco) de Manila.

    Lo interesante del monumento en cuestión es que fue erigido por los manileños durante el periodo español en la plaza mayor de Intramuros.

    Tras la independencia, en un acto nacionalista, la estatua fue reemplazada por un héroe local indígena (antiespañol) y movida de sitio.

    Hoy los manileños la han repuesto en el lugar que legítimamente le corresponde.

    Lo de los niños es porque el virus no sobrevive en vitro más de 12 días, de modo que para que sobreviviese tenían que inocular (vacunar ) de niño en niño por contacto hasta llegar a tierra firme -los viajes de la época duraban meses-.

    Balmis, alicantino, llevó la vacuna hasta América, Filipinas y China, pero fue su compañero de viaje, el catalán universal José Salvany y Lleopart, natural de Cervera, el que llevó la vacuna al Virreinato de la Nueva Granada (Colombia ) y al Virreinato del Perú (Ecuador, Perú, Chile y Bolivia ).

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