Nuevamente se ha evidenciado en el seno del separatismo las dos posturas irreconciliables: una vieja CDC entregada al sionismo y unas CUP, entregadas a la causa Palestina.

La CUP ha criticado al «lobby sionista» después de que el grupo parlamentario de Junts pel Sí pidiera la comparecencia en la Comisión de Acción Exterior del presidente de la Comunidad Israelita de Barcelona, Uriel Benguigui, el pasado 12 de mayo día en que estaba prevista la intervención del director del Centro Palestino por los Derechos Humanos, Raji Sourani.

El diputado Benet Salellas dijo que «cuando se tuvo conocimiento por parte del ‘lobby sionista’ que comparecería en este Parlament invitado por todos los grupos parlamentarios de la cámara el representante del Centro Palestino por los Derechos Humanos, en ese momento fue cuando por parte de la derecha más reaccionaria al servicio de intereses clarísimos a la hora de definir el conflicto político que se vive en Palestina, se impuso una agenda». El ‘cupaire’ añadió que «como defensores de la soberanía de este Parlament, no estamos de acuerdo en que quien tenga que decidir a quien se recibe o a quien no se recibe deban ser precisamente agentes exteriores».

Salellas también criticó a La Vanguardia: «en lo que no estamos de acuerdo es que por el hecho de que todos los grupo invitaran el señor Sourani, hubiese quien impusiera desde fuera de este Parlament, desde el diario del ‘Conde de Godó‘ o desde donde sea, la necesidad de que tuviera que comparecer el adversario o el verdugo del compareciente que venía en esta comisión «.

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