A veces los ayuntamientos cumplen su deber y borran murales. Esperemos que a este pobre operario del ayuntamiento de Tarragona no le acusen de «Nazi». Las feministas han aullado contra el patriarcalismo que representa este pobre señor. Todos somos acusados de feminicidio. Estamos mal.


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Hay algunos murales verdaderamente para mí que son obras de arte, naturalmente en lugares permitidos, y casi siempre en temática apolítica. Pero nada que ver con éstos supuestos, que podrían considerarse ¨ daños colaterales ¨ por los propios interesados envalentonados con ideas realmente anti-democráticas, como son el feminismo y el independentismo. El último ya es sabido por qué motivo, y el primero porque no se puede entender ésta idea en un sistema democrático que fomenta la figura de la mujer por encima de la del hombre occidental.
El hombre occidental, lo que representa, ( el caballero ) es una especie de figura en peligro de extinción en sus dominios propios de Occidente. Y, de eso, sabe la Historia Universal, con la aportación del caballero español, símbolo durante siglos de cortesía, honor, y justicia. Así nos lo dicen algunos investigadores, con sus obras, en trazos de eventos y expediciones de la propia Occidente, pues era tal revuelo el que se organizaba por los nativos del lugar ante la presencia del mencionado español, y que suscitaba un interés desmesurado por la gran fama que le precedía en todo el mundo.
Hoy, solo es reconocida en determinados ámbitos, como es el deporte, y los negocios, como forma de relación socio-cultural, naturalmente extendida en todo el mundo y sus culturas y razas.
Y, quizás dichos sucesos, los del artículo, sean más propicios para investigadores del misterio relacionados con un cuarto milenio, si lo hay.
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