Plus ça change, plus c’est la même chose.

Alphonse Karr

Cataluña es un país donde los mártires gozan de excelente salud. Artur Mas, el President en “Funcions-Màrtir”, ha sido desalojado de la Plaça Sant Jaume con la estelada entre las piernas y embadurnado de vaselina hasta el cogote. Arropado por su guardia pretoriana menguante, los rostros circunspectos de muchos de ellos auguraban malos tiempos para la jangada convergente.

Otra vez será. Porque como ha demostrado Mas en infinidad de plazas, calles y autoentrevistas en el NODO-TV3, esto pinta tener más capítulos que la saga de Star Wars. Es lo que tiene el poder, es adictivo como el azúcar. Con una “paguita” de por vida, coche y despacho oficial y barra libre en restaurantes y after hours, el eterno President en funciones y mártir, no lo olvidemos, seguirá mareando la perdiz porque en su casa y con su mujer parece que se aburre.

Día triste, sin duda, para muchos anticapitalistas de camiseta y flequillo tribal. Porque se mire como se mire, los cuperos se han ido pata abajo y andan levitando en sus Baños particulares con alma de mamporreros de usar y tirar. Su credo antisistema duró “lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks”. Aquel grito altivo de las pasadas elecciones del 27-S, “an-anti-anticapitalistes!”, ha dado paso a un humillante Ius primae noctis, donde los Señoritos del 3% reciclados, gozaran por derecho de dos diputados cupaires para uso y disfrute personal. Hasta podrán escoger doncella ¡Qué no nos envíen a la fea con las gafas!, gritan ya algunos diputados deseosos de carne fresca y sumisa. Tanta asamblea multitudinaria, “democracia popular directa” y horas y horas chupando de la televisión pública, para acabar todo en una broma tan neoliberal como lampedusiana.

Los cupaires han sido los niños malcriados de Mas. Como La Crida lo fue para Pujol en los ochenta y noventa: un criadero de percebes donde el separatismo de corbata, iba pescando “chicos malotes”, que con el tiempo y un cargo en la administración, acabalarían asumiendo el mantra micronacionalista de la alta burguesía local. En estos días tan postmodernos, todo tiene un precio, y llegados a una edad, muchos patriotas sin oficio ni beneficio, buscaron asegurarse el parné, que a la intemperie siempre se pasa hambre y frío. Pero a Artur Mas, como es un cenizo y un patoso, lo del mecenazgo “patriótico” le ha salido rana. Cría cuervos… y te sacarán de la Generalitat.

David Fernández es un excelente ejemplo. Mientras a Rodrigo Rato le amenazó con su sandalia apestosa y roída, ante el clan Pujol-Ferrusola, los gestos y las actitudes delante el Patriarca fueron muy distintas. Incluso llegó a fundirse en cálidos abrazos en un par de ocasiones con Artur Mas, a sabiendas que era beneficiario de una cuenta familiar secreta en Liechtenstein de origen opaco y de estética más que dudosa y había sido el responsable de los recortes en sanidad y educación en Cataluña.  Poco importó tampoco que fuera el dealer y cicerone del criptoetarra Arnaldo Otegui en Barcelona, mientras sin pudor ni rubor alguno, era miembro activo de la Coordinadora Catalana per a la Prevenció i Denúncia de la Tortura. Y para rizar más el rizo, Ada Colau lo acabaría fichando como asesor de transparencia en el Ayuntamiento de Barcelona, en un claro ejemplo de las nuevas puertas giratorias del populismo que se avecina.

Si lo del Tripipartit fue divertido, lo que viene ahora es de vodevil.

Arnau Jara

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