Podemos tiene un gran poder en internet en general y en las redes sociales en particular. Su legión de seguidores, ya sean simpatizantes o militantes, contribuyeron a arropar a su líder antes, durante y después del debate a cuatro de este lunes, imposibilitando finalmente el normal funcionamiento de los medios digitales, que no pudieron interactuar con su audiencia como habitúan.
Así, al recibimiento entre aplausos y vítores a Pablo Iglesias a las afueras de las instalaciones de Atresmedia y a la gran difusión de cada una de sus frases en Twitter o Facebook por canales oficiales y no oficiales en plena emisión, les siguió el ‘troleo’ de las encuestas, en las que se colaron toda serie de halagos al candidato morado y también, casi a partes iguales, graves insultos contra los propios portales o sus periodistas.
Así, muchos medios se vieron obligados a cerrar su canal de comunicación con los lectores y, en definitiva, a privarles de aportar sus impresiones, atractivas tanto para el resto de usuarios como fundamentales para la construcción de una cobertura completa y plural a la altura de lo que merecía la cita.
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