En plena debacle ultramarina, se abrió otro frente que constituyó la guerra de Melilla (1893-1894), también conocida como la Guerra de Margallo o Primera Guerra del Rif. Cataluña se volcó una vez más en el envite africano. Un ejemplo del entusiasmo patrio que despertó esta breve contienda, es la portada del semanario satírico, republicano y anticlerical La Campana de Gracia. En el Almanaque de 1894 la portada representa a una mujer que en sus faldas porta las cuatro barras catalanas, y en una mano la bandera española y en la otra un fusil.
La Vanguardia del 1 de noviembre de 1893, da cuenta de los acuerdos del Ayuntamiento respecto a la Guerra: ”El Ayuntamiento, en su sesión de esta tarde, en proposición unánime ha acordado suscribirse por 50.000 pesetas mensuales para contribuir a los gastos de la campaña. También acordó iniciar una suscripción popular, encabezada con 10.000 pesetas para ofrecerlas al Gobierno con destino de fusiles Mausser. Acordó también conceder pensiones a las viudas y huérfanos de los soldados de Barcelona que mueran en la campaña de Melilla. Por último, se acordó que organice un batallón de voluntarios de Barcelona, por Barcelona mantenidos y equipados. Estos acuerdos fueron acogidos con vivas entusiastas a España y al ejército”.
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