Los grandes y medianos patrimonios expropiados durante la revolución castrista creen que se acerca el momento de reclamar lo que perdieron y preparan su estrategia legal.
Testimonio como éste, los recoge hoy El Confidencial:
Recuerda con nitidez la bodega de ultramarinos donde despachaba su madre, la terraza de la casa familiar y los pisos donde vivían los realquilados. José Manuel Presol tenía 15 años cuando abandonó Cuba. Salió espantado y sin tiempo para despedirse de nadie. Su padre, Benigno Presol, acababa de ser indultado “por orden de la superioridad revolucionaria”, después de pasar un tiempo en el temido centro de detención de Villa Marista, acusado de pertenecer a la resistencia anticastrista.
“Eso era cierto, él empuñó un fusil contra Castro porque no le gustaba lo que veía, igual que lo había hecho antes contra Batista. Le dejaron marcharse bajo dos condiciones: que toda su familia cogiese el primer avión a España y que no volviesen nunca. Nos dijeron que si un Presol pisaba la isla lo mandarían fusilar de inmediato. Nos marchamos y ya nunca más volvimos”, recuerda José Manuel, que hoy tiene 63 años.
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Lo que se perdió en Cuba no.
Lo que les robaron en Cuba.
Porque todo lo que tenían lo ganaron con su esfuerzo empezando de la nada como emigrantes aueeran.
Una y otra vez, como pasó con Ido Amín Dada, con la excusa que sea (aquí que el partido comunista se apoderase del alma y la hacienda de los cubanos; en Uganda robar a lis odiados y muy trabajadores tenderos indios)
El resultado es siempre el mismo:
el castigo a los emprendedores, la pasivizacion de la sociedad, la miseria para todos y el control total del partido sobre toda la sociedad.
Justamente lo que nadie quería cuando apoyaron a Castro, a Idi, a Lenin,
Aunque muchos colaboraron muy gustosos espoleados por el odio, la envidia, la codicia y el resentimiento…
!pues bien que nos cuesta los vicios de los demás!
(y los propios, también)
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