Ada Colau es tan buena camarada que debió pasar toda la campaña con su teniente de alcalde en la cama; igual retozando entre banderas españolas que a Pisarello tanto le parecen emocionar e intenta coger compulsivamente en los balcones públicos.

Desde la época de la TRINCA, los catalanistas -al menos las viejas glorias- les gustaba imaginarse como una tribu india invadida por las fuerzas del General Custer. Por eso -igual no cogió la ironía, Pablo Iglesias se vino a Barcelona para hacer el indio un rato. Luego, volvió rápido a Madrid. Ya sabemos que la meseta es adictiva y algunos no pueden estar mucho tiempo alejados de su sillón, no sea que alguien se lo arrebate. Así que sin pena ni gloria, las huestes de Franco (Rabell) quedaron derrotadas por falta de apoyo de sus camaradas y de los que hacían el indio.

Sí, soy consciente que todo este texto es un poco absurdo, pero es que vivo en Cataluña y la política me acaba influyendo.

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