Ole tus narices, Jordi. La comparecencia del ex-Patriarca de Cataluña ante la esperada Comisión Parlamentaria ha durado 2 minutos. Ningún adepto ni desafecto en la entrada del Parlament. Su declaración consistió en decir que no tenía nada que declarar. La siguiente será la ínclita Ferrusola, que ya ha anunciado que por su boca no saldrá ni una sola palabra.
Ellos, Patriarca y Matriarca de la nueva Cataluña, nada tienen que decir. La desvergüenza democrática no tiene límites. Con semejantes padres de la patria, sólo nos podían salir bastardos. En eso nos han convertido a los catalanes: hijos bastardos del pujolismo que odiaba por igual el izquierdismo y el españolismo pero que, puesto a elegir, ha preferido entregar Cataluña a las CUP y a Podemos, lo mejorcito de cada casa.
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