Huelgas y espectros


Axel Seib

Pareciera que arruinar la Vuelta no fue suficiente y había que hacer una huelga para apoyar a Palestina. Uno nunca deja de sorprenderse. Una herramienta diseñada para la clase trabajadora, puesta a funcionar como cortina de humo con pretextos lejanos y ya caducados.

Es sencillamente genial organizar una huelga nutrida, principalmente, por trabajadores del sector público, que hacen llegar tarde a la verdadera clase obrera. Con el agravante de ser una huelga para apoyar a una parte de un conflicto internacional que parece estar calmado por un tiempo. Tarde y mal. Sublime.

Dura lucha por el pueblo palestino

Aunque algo me anunciaba tal situación la semana pasada. Pues estando el sábado en una cafetería, el lugar se comenzó a llenar de gente con pinta de que la única grasa que alguna vez ha tocado sus frágiles y pretenciosas manos, fue la de un Joselito. Toda la cafetería llena hasta arriba de hombres y mujeres maduras de alta posición, ropa de gala estrafalaria y cara de soberbia. No sabía qué ocurría. Pensé que realmente habíamos comenzado a celebrar Halloween. Tanto fantasma en el mismo lugar no era normal. Pero no. Era peor. Al abandonar el lugar, pude ver al Fulares en la terraza. Todo el lugar lleno de sus gruppies. Así que toda esa gente salida de una mañana ociosa viendo la Tienda en Casa eran «sindicalistas». Acabáramos.

España es peor que un meme. Porque los memes, al final, son una forma de satirizar y hacer mofa de la realidad. Pero nuestra realidad es tan grotesca que se muestra invulnerable a la sátira. Podríamos intentar crear la mayor ópera buffa de la historia en un arrebato creativo sin igual y jamás llegaríamos, ni por asomo, al nivel de lo absurdo de nuestros actuales episodios nacionales.

Hay muchos motivos por los que luchar. Hay mucho por hacer. Mucho por construir. Pero los que deberían ser responsables de tal tarea, las supuestas cabezas que deberían dirigir nuestras fuerzas, están más preocupadas por tomar bando entre yihadistas o israelíes en un conflicto que ni nos va ni nos viene. Hay que producir agravios al humilde trabajador español que va en tren porque no le permiten entrar con su coche. Total, para mostrar solidaridad con gente que tiene sueños húmedos con tomar al asalto nuestro país para convertirlo en esa quimera de Al-Ándalus. Y puedo entender el antisionismo, que conste. Pero entre dos amenazas, no suelo apoyar a una de ellas. Casi mejor tenerlas entretenidas entre ellas. Pero no es el caso del Fulares y su séquito formado por la Visones, la Collares, el «¿no se puede pagar 1’5 con tarjeta?» y otros tantos fenómenos que lideran a la clase obrera con mano de hierro y culo de Lladró. Ellos eligen el camino tortuoso. ¿Porque es mejor? No, porque únicamente es tortuoso para los demás.

Es lógico, el Fulares, su séquito y sus jefes van a caballito sobre nuestras espaldas. Ellos dirigen y arrean, pero no se cansan. Nuestra energía debe utilizarse para sus planes. Que es tenernos de aquí para allá como pollo sin cabeza mientras comen gambas sobre nuestros hombros.

Realmente me gustaría poder tratarlos únicamente de fantasmas. Serían menos cargantes y nuestras espaldas lo agradecerían. Así que espero que algún día cercano, alguien deje de confundir el falso discurso obrerista de esa panda de siervos de los poderosos y entienda que cuando hablan de la clase trabajadora, no hablan de aquello que quieren defender, hablan de tratarnos como a animales de carga para siempre. Con Palestina por enmedio o cualquier otra excusa para taparle el trasero al rey desnudo.



Categorías:OPINIÓN, POLÍTICA, TRIBUNA

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