Asunción de la Santísima Virgen, día grande para todos.


Javier Igartua Ybarra.

Yo sigo siendo un pecador, si llego al purgatorio será con ayuda. Y sé que mi madre la Virgen María hará todo lo posible para que así sea aunque es cierto que se lo pongo muy difícil.

Por trabajo es cierto que puedo ir a visitarla muy poco.
No es excusa es que hasta noviembre es la peor época del año.
Eso si, me acuerdo todos los días de ella.Se que ella siempre me acompaña.

Dentro de muy pocos días celebramos la Asunción.

Según la tradición y teología de la Iglesia Católica, la Asunción de la Virgen es la celebración de cuando el cuerpo y alma de María, la madre de Jesucristo, fueron glorificados y llevados al Cielo al término de su vida terrena.

No debe ser confundido con la Ascensión, la cual se refiere a Jesucristo. Se dice que la resurrección de los cuerpos se dará al final de los tiempos, pero en el caso de la Virgen María este hecho fue anticipado por un singular privilegio.

Esta fiesta tiene un doble objetivo: la feliz partida de María de esta vida y la Asunción de su cuerpo al Cielo.

La respuesta de por qué es importante para los católicos este día la encontramos en el Catecismo de la Iglesia Católica, que dice: «La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos».

La importancia que tiene para todos nosotros la Asunción de la Virgen se da en la relación que esta tiene entre la Resurrección de Jesucristo y nuestra resurrección. El que María se halle en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo es la anticipación de nuestra propia resurrección, dado que ella es un ser humano como nosotros.

El gran impulso de la doctrina de la Asunción vino de los estudios suscitados con ocasión de la proclamación de la Inmaculada Concepción por el beato Pío IX, inaugurando la llamada “Mariología científica moderna”, mostrando una auténtica conexión entre el misterio de la Inmaculada y el de su Asunción corporal a los cielos.

¡Que alegría mas inmensa!
Espero llegar a verla por la eternidad porque amo a María.

Si ella ayuda a que Dios perdone a este pobre pecador podré verla y estar en el cielo.

Eso sí, si llego al purgatorio me daré con un canto en los dientes pues eso significará que a pesar de mis vergüenzas y mi mal comportamiento y traición a Dios tantas veces habré logrado disfrutar con ellos y que me perdonen pero especialmente con Ella del cielo, lo cual no merezco.

Gracias Madre por estar siempre ahí.

Te quiero



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