Somatemps

¿Se han fijado ustedes en que los hoteles de Barcelona ya no lucen banderas en sus frontales?

Normalmente la mayoría de hoteles ondeaban banderas en la fachada. La bandera de España, la de Cataluña, la de Barcelona, la europea y la de algunos otros países. Era una forma de decorar los frontales y a veces los vestíbulos de los establecimientos hoteleros, sobretodo los de algún nivel, especialmente en una ciudad con mucho turismo extranjero, como Barcelona.

Sin embargo, de unos años a esta parte, algunos hoteles empezaron a retirar esas banderas. Al principio solo unos pocos hoteles, luego algunos más y finalmente otros muchos, hasta el punto que hoy la gran mayoría de hoteles de Barcelona ya no ostentan banderas en su parte frontal.Y no sólo hoteles sino también algunos edificios sede de empresas en ciertas zonas de la ciudad han hecho lo mismo.

¿El motivo? Sí, se lo pueden imaginar: la presión independentista. Somatemps ha podido saber que muchos hosteleros llevan años siendo presionados desde el independentismo. Un independentismo que lleva años intentando que no luzcan banderas españolas en la ciudad. Si para ello tienen que hacer que tampoco haya banderas catalanas y ninguna otra, lo hacen. No solo hoteles.

Recordemos que hace tiempo el Centro Gallego de Barcelona, en las Ramblas, denunció que llevan años presionados para retirar la bandera española de la parte frontal de su sede, por parte de quienes no quieren que haya banderas españolas visibles en hoteles ni en sedes de instituciones públicas ni privadas, este caso en las Ramblas. Ya hace años desaparecieron los grandes mástiles con las banderas que decoraban algunos puntos concretos de la ciudad, como la zona entre Paseo de Gracia y Diagonal o el principio de las Ramblas, entre otros. No es difícil adivinar a que se debió.

No solo son grupos separatistas subvencionados los que han estado presionando a los hoteles sino la misma administración autonómica catalana. Presiones no públicas pero sí muy insistentes.

Sin banderas los hoteles quedan más «cutres» visualmente pero eso poco les importa a unos partidos separatistas que estuvieron a punto de hundir al sector con su golpe de Estado de 2017 y la ola de violencia de 2019.

Una vez más las obsesiones separatistas pasan por encima de la economía catalana Luego se extrañan o se enfadan cuando algunas comparaciones con Madrid dejan en evidencia a Barcelona y a Cataluña.

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