La cualidad elemental de Pedro


Axel Seib

Pedro Sánchez se ha dado una vuelta por Kiev y ha tardado poco en publicar una foto pomposa dando la mano a Zelensky.

Podemos verlo en X junto a la frase «Ucrania, España está contigo». Sublime. El presidente del país europeo que menos ha contribuido económicamente con Ucrania, dándose aires. El presidente del gobierno que poco menos que soltó en directo la ruta que iban a seguir unos barcos para llevar ayuda a Ucrania. El mismo que se hizo de rogar una barbaridad para entregar unos tanques Leopard que teníamos averiados y abandonados en almacenes militares. Y me callo el tema de los documentos de la OTAN filtrados. Ahora que la paz está cerca, ese sujeto sale a dárselas de abanderado del apoyo económico y militar a Ucrania. Y ya no entro al tema de que si él siente el mismo «amor» por Ucrania que por España, yo de los ucranianos, comenzaría a temblar ante la imagen de Moldavia invadiendo Odesa. El tema es que el presidente del gobierno español está en permanente disputa con sus propias palabras y los hechos. Es difícil haberle dado más la espalda a Ucrania, pero él sale a dárselas de héroe y de apoyo incondicional. Se habrá cansado de mostrar su apoyo eligiendo la foto en que Zelensky parece un enano sumiso y admirador encandilado de la planta del marido de Begoña. Recomiendo ver la foto.

Se pueden hacer muchos diagnósticos sobre el rasgo más patente en la personalidad del presidente del gobierno.
Egolatría, arrogancia, mentira, superficialidad. Y no dudo que haya mucho de eso. Pero hemos llegado al punto en que Pedro Sánchez, sencillamente, me parece la encarnación de la frivolidad. Y no es que quiera tratarlo de frívolo como algo que le es más o menos propio, es que dudo que haya otra cosa en él. Yo diría que es un caparazón humano movido únicamente por un nivel de frivolidad sin precedentes. Un autómata movido por la energía de la superficialidad.

Podríamos pensar que la mentira y cambio de versión constante es un síntoma de ser mentiroso. Cosa que suele ser así. Pero diría que es un síntoma de frivolidad. Grandes anuncios contradictorios y siempre con ausencia de contenido. Puro pladur que siempre suena a hueco.

Recuerdo una cita de Chesterton similar a «frívolo es quien se alegra cuando no hay nada por lo que alegrarse«. Me disculparán por no ser literal con la cita. Pero ilustra aquello que quiero decir. Pedro hace grandes anuncios de semidiós pero suele ser una caja vacía.

Y dudo que se ponga a pensar mentiras. El mentiroso debe profundizar en su propia farsa y crear una historia ficticia para darse apariencia de verdad. Jamás he visto hacer eso a Pedro. Pedro es lo más superficial y vacío que a uno se le puede exponer. Nunca lo veremos desarrollar una mentira con cierto nivel de elaboración para que tenga aspecto de remota verdad. No tiene intención de ello. Y sospecho que tampoco tiene capacidad, pero ese es otro tema. Porque a lo frívolo, se le une ser muy mediocre. Pero él no necesita elaboración. Se la hacen los demás. Sean sicarios mediáticos, amiguetes o la oposición.

Porque no hay nada más absurdo que oír a comentaristas y gente con roles en la supuesta oposición el ya manido «es que Pedro es un animal político». Supuestamente ligado a su capacidad de decirte cosas incompatibles y no agachar la cabeza avergonzado. Y nadie parece pensar que el mundo está lleno de idiotas que te dicen auténticas barbaridades con una sonrisa de niño ilusionado en la cara. Y no son animales políticos. Son gente frívola. Y cortita. Como Pedro.



Categorías:BREVIARIO, DECADENCIA OCCIDENTAL, OPINIÓN, POLÍTICA, TRIBUNA

1 respuesta

  1. Espero que algún día este frívolo mediocre termine dando con sus huesos en la cárcel. Espero que llegue el día que alguien ( persona, institución, colectivo, partido político ), quien sea, consiga abrirle un proceso judicial que le lleve a la cárcel por muchos años.

    Y ya puestos, espero que algún día llegue un gobierno que lleve a cabo las reformas que sean necesarias para que nuestro amado país no vuelva a caer secuestrado por un partido político que no representa ni al 2% de la población. Es imperativa y muy urgente una reforma de la ley electoral que impida que volvamos a sufrir lo que estamos viviendo desde que el frívolo mediocre consiguió echar al pobre Rajoy y montó el tinglado que estamos sufriendo. Es la primera medida que le pediría realizar al nuevo gobierno entrante.

    Saludos.

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