José Vicente Pascual

La verdadera tragedia nacional es el gobierno de desalmados que nos ha tocado padecer, la cuerda de delincuentes, golfos y golfas que se han apropiado de las instituciones del Estado y convertido el Congreso de los Diputados en gazapina criminal, una madriguera siniestra donde las minorías más desquiciadas ejercen su tiranía contra los españoles gracias al pacto de truhanes que mantienen con el partido más corrupto de nuestra historia democrática, también de la no democrática. No exagero. Aunque estoy razonablemente indignado por las noticias que me llegan desde Valencia a través de mis familiares y amigos en la región, no creo exagerar. No ha caído desdicha mayor sobre España desde la guerra civil y desde los años de plomo y sangre del terrorismo etarra. Imposible mayor bajeza y mayor desvergüenza.
A la solicitud de suspender la sesión parlamentaria de hoy, 30 de octubre de 2024, para que los diputados y los ministros se vuelquen en lo que importa, los muertos, los daños, las consecuencias tremendas de la tempestad padecida durante la noche, la presidente del Congreso, esa empleada-comisionista del PSOE que por apellido luce el de Armengol, ha impuesto su santo criterio, porque lo vale su parrús moreno: se suspende la sesión de control al gobierno (fuera críticas), pero no el debate y posterior votación del decreto para la renovación-ampliación del consejo de administración de RTVE. Toda una declaración de principios: lo que importa a sus señorías socialistas y amigos maleantes no es la realidad y acucios de lo inmediato, por muy triste y mortal que se presente el panorama, sino El Relato, cómo contar a los españoles y votantes lo que sucede, por qué sucede y qué responsabilidades (mejor dicho no-responsabilidades) derivarán de todo este caos. ¿Y quién cuenta el relato? ¿No será acaso RTVE? Pues eso. Lo demás, al carajo.

Tomen nota de la fecha: 30 de octubre de 2024. Hoy es el día de la infamia, de la muerte y el desprecio hacia el dolor de las víctimas y la desgracia de muchos miles; el día en que los bomberos y Protección Civil y la UME y la Guardía Civil y la Policía Nacional y las policías locales y todos los servicios de emergencias trabajaban a destajo en auxilio de los arrasados por las aguas y, mientras, los diputados y diputadas socialistas, yolistas-errejonistas y demás jarca cleptómana se quedaban en el Congreso, a salvo del diluvio, apañándose el reparto de la televisión y la radio nacionales, esas que dicen ser de todos. Un día para el sonrojo. Y lo más preocupante: hasta cuándo.
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…»Catástrofe y bajeza del Congreso de los diputados»…
Bueno, yo no diría exactamente del Congreso, porque los diputados del PP y de VOX (y creo que también alguno de Compromís, que es valenciano) salieron de la cámara por respeto a las víctimas del desastre…
… sino de PEDRO SÁNCHEZ, que es quien ha dado la orden de aprobar como sea el decreto de los nuevos consejeros de TVE y naturalmente los partidos beneficiados de las nuevas y completamente inútiles consejerías.
Pedro Sánchez, como buen narcisista tóxico inmoral que es, lo primero es él, lo segundo es él y lo tercero es él.
Me imagino que lo tenemos bien merecido por haber votado durante más de 45 años a la gentuza que hemos votado.
Sarna con gusto no pica.
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La vida es extremadamente frágil. A pesar de ello, hay personas que practican senderismo, que saltan en paracaídas, que viajan en avión… Que me parece muy bien. Pero, si se matan, que no me echen a mí la culpa. Tampoco se trata de encerrarse en casa. Puedes resbalarte en la bañera y desnucarte.
Por eso, no creo que exista alguien como yo que ame tanto, infinitamente, esta vida terrenal; la cual, jamás de los jamases debería finalizar con la p*tí.si.ma muerte. Lo siento, pero yo soy así. No me conformo ni con infinitas vidas eternas en España (con Vox gobernando, por supuesto). Para mí, la vida terrenal es supermaravillosa, a pesar de que gobierne Pedro Sánchez. Por lo tanto, estoy a milenios luz del aborto y de la eutanasia. Hay que estar muy mal de la cabeza para renunciar a esta vida en el planeta Tierra. Si esta vida terrenal es una gozada (al menos, para mí sí lo es), imaginaos cómo será la prometida vida eterna en el cielo. Infinitamente mejor. Aunque me temo que el 99,99 % de la humanidad irá al infierno (puede que yo también).
Yo no veo la televisión. Yo solamente visualizo vídeos de YouTube en mi teléfono móvil. Y el único programa de radio que escucho es, desde hace muchos años, «La rosa de los vientos». Se emite en las madrugadas del domingo y del lunes. En Barcelona, solamente en el 540 OM (onda media). No siempre. Únicamente cuando no me apetece dormir.
Yo jamás he hecho caso al clásico refrán que dice «El que mucho duerme poco vive». Yo siempre he sido partidario de «El que mucho duerme, que siga durmiendo, que se está muy bien en la cama». Lo siento. Yo soy así. Me encanta dormir y soñar. Solamente me falta aprender a comer palomitas mientras sueño. Mis sueños son mejores que cualquier película de cine.
Ya sé que la emisora Onda Cero es de izquierdas. Pero ese programa de radio está superbién. Me encanta. Lo recomiendo totalmente.
Anoche encendí la tele y en La 2 había una serie que se llama «Las abogadas». Unas abogadas de izquierdas. ¡En serio! ¡Ya está bien de politizar absolutamente todo!
En La 1 y en Antena 3 sí que estaban hablando de la megatragedia acontecida en varios municipios de la Comunidad Valenciana. Es impresionante la fuerza del agua. Los coches, como si fueran de juguete. Un montón de fallecidos.
Y siempre me acordaré de Ignacio Echeverría, el héroe del monopatín.
También del 11-M (11 de marzo del 2004).
Siento IMPOTENCIA, pero elevada al infinito. No tengo palabras. Tres días de luto son insuficientes.
Yo no veía la tele desde el confinamiento de primavera del 2020. Esa serie, que más bien era un insulto, que se llamaba «Diarios de la cuarentena».
TV3%, TVE… Para muchos, «TVE» es Televisión Espantosa.
Los españoles no necesitamos estos canales de televisión. Es una vergüenza. Los impuestos que pagamos deberían ir destinados a otras cosas muchísimo más importantes.
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Otro ejemplo de como la Progredumbre desprecia a sus propios ciudadanos.
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Rojos de mierda . Gentuza.
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