Axel Seib

Personalmente, me importa un bledo que, por enésima vez, desde México nos exijan perdón. En gran parte, porque el perdón se concede, no se exige. Cuando quiénes exigen disculpas estén dispuestos a perdonar, podrán ir tranquilamente a la tumba de sus abuelos a perdonarles por haber contribuido a engendrarles. Pero, mientras tanto, yo voy a seguir sintiéndome orgulloso de mi patria, de mi historia y de mi gente. Y, también, de todo aquello que me une con las naciones hermanas. Faltaría más.
Pero si jugamos a ser rencorosos, yo no es que vaya a exigir disculpas. Pero quiero una explicación bastante seria y detallada sobre el origen de un serio daño irreparable a mi cultura e identidad. Estoy cansado de que por ser español, siempre me saquen a la palestra como supuesta parte de mi cultura, el reguetón. Quiero reparaciones. Porque el daño a mi lengua y mi cultura, al verse relacionadas con esa bazofia, es muy serio. Y un grave tormento que muchos sufrimos en la actualidad y que no parece tener intención de cesar. Así que no quiero disculpas, me dan igual. Exijo de forma inmediata y definitiva el fin de toda acción peyorativa y denigrante contra nuestra lengua y cultura. También acabar con todo rastro de apología del reguetón y de su propia existencia. Y para eso es imprescindible la entrega incondicional de todo material audiovisual, estético, del maldito autotune, cualquier pianola y productor musical sin escrúpulos. Y la declaración jurada de que cualquier músico, por lo menos, deberá saber solfeo.
Porque del mismo modo que no soy responsable de lo que hicieran los abuelos de algún presidente del continente americano, tampoco soy responsable de que con mi lengua, algunos hagan basura. Así que muchos tenemos motivos reales y vigentes para exigir disculpas. Pero no las necesitamos. Con que paren de disparar contra nuestra cultura, nos vale.

Y, es más, si durante nuestro Día Nacional, en lugar de recibir constantes reproches e insensateces de la versión gorda y venezolana de Bigote Arrocet o de su prima mexicana, nos dejaseis tranquilos, también sería de agradecer. Porque para un día al año en que celebramos nuestra cultura y lo que nos une con otras naciones, es muy desagradable que vengan algunos a insultar al anfitrión.
Porque, también hay que decir, que cada año se repite la misma broma. Y que gente apellidada López que únicamente habla español, se cisque en mi fiesta nacional y me llame genocida, me parece absurdo. Pero espero impacientemente que en Francia, algún descendiente de Robespierre se ponga a reprochar a los monárquicos franceses por la toma de la Bastilla y por decapitar gente. ¿Absurdo? Pues imaginad la cara que nos queda a muchos españoles cada año con las chorradas del líder bananero de turno.
En resumen, a todos los españoles y todos nuestros hermanos, incluso a los acomplejados y mezquinos, les deseo un feliz día de la Hispanidad.
Categorías:BREVIARIO, HISPANIDAD
Génial. ¡Que nos dejen tranquilos y resuelvan la basura que les legaron los masones!
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