
Junts per Catalunya, a través del Grupo Parlamentario del que forma parte en el Congreso, ha realizado una proposición no de ley pidiendo al Gobierno que cede las instalaciones del cuartel del Bruch a las administraciones catalanas. ¿Con qué objetivo? Las excusas son muchas dicen que pueden servir para construir vivienda pública, pipa-cans, narcosalas, … lo que quieran menos el ejército.
Carles Puigdemont ya había propuesto la expulsión del Ejército de Cataluña en su «ley de transitoriedad» para llevar Cataluña a Ítaca. Ahora llega una nueva campaña con el eslogan «fuera las fuerzas de ocupación», en referencia de la Policía Nacional, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas. Y eso que en Cataluña hay apenas 2.300 militares.
No hay que olvidar que el Ayuntamiento de Barcelona ya aprobó una moción (con los votos del PSC) para tratar de sacar de la Jefatura Superior, en la Vía Layetana, y reconvertir ese espacio en un centro memorial sobre la represión franquista. Igualmente hay que contar los acosos a los hijos de Guardias Civiles en los Institutos.
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No les importa que haya pocos militares, el caso es que, para los «lazis» todo aquéllo que huela a España es «pernicioso». Incluso querían adueñarse de la Comisaría de la Policía Nacional en Via Laietana de Barcelona. Todo vale para ellos, con tal de hacerse notar, de dar el cante, como se dicew en castellano.
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