Manuel Valls ha venido para quedarse y fracasar rotundamente en la política. Sólo la suerte de los tontos y algún braguetazo le ha salvado de la humillación política. Tras destruir la candidatura de C´s al Ayuntamiento de Barcelona y entregarle la alcaldía a Colau (cómo si esta no le bailara el agua a los separatistas), ahora pretende dar un saltito a la política regional.
Su formación, llamada actualmente Barcelona pel Canvi, y que evidentemente tendrá que buscarse otro nombre, quiere encontrar un espacio inexistente en el ámbito catalán. Pero Manuel Valls es cabezota y ahora cuenta con la fortuna de su mujer.
De momento, el pasado jueves se dio un baño de masas en un acto con 90 personas, de los 200 simpatizantes (que no afiliados) que tiene su partidillo. Bienvenido Manolete, a una plaza difícil.
Encuentro «multitudinario» con sus simpatizantes
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Esperemos que cvambie, y no haga el mismo paripé que hizo en las pasadas Elecciones Locales, en cuya campaña «luchó» por sacar a «Nada» Colau de la Alcaldía, pero pasados los comicios, hizo todo lo posible por conservarla. Si va a volver a las andadas, vale más que no se presente y se vuelva a su Francia natal, en donde parece que no sería bien recibido.
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