Ana Gordó con ejemplo de catalán sostenible, a su izquierda

Alba Gordó, comisionada para la «emergencia» climática en el Ayuntamiento de Sant Cugat (con más ricos pero con fábricas fuera del pueblo), ha encontrado la solución para la «sostenibilidad». Con ello quiere decir reducir «la contaminación y la huella ecológica de la localidad». Es extraño que lo diga quien vive en uno de los enclaves ecológicos más privilegiados cerca de Barcelona.

La «joven» promesa de ERC (algo talludita) salió en la lista de ERC como representante de Jovent Republicà. Su gran idea para salvar los árboles es que no nazcan niños. Ha pedido a los habitantes de este municipio que se apliquen un control de natalidad como una de las medidas individuales ecológicas. Vamos como quitarse el aire acondicionado.

Curiosamente no ha dicho nada de la llegada masiva de inmigrantes y -por la misma lógica- su impacto en el medio ambiente. Pero no se ha de preocupar la señorita Alba Gordó, con la aplicación de la ideología de género en los currículos escolares, y el lío mental que le meten a los chicos, aquí no habrá quien se reproduzca. Bye Catalunya.

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