Ya huele a elecciones anticipadas. La CUP  ha abandonado sus ansias de derruir todo lo anterior y se ha vuelto «conservacionista». Ahora insta a no prender lazos amarillos en la muralla romana de Tarragona porque acepta el informe técnico que así lo aconseja. Los antisistema ahora resulta que hacen caso a los informes técnicos.

La CUP valora sobre todo que “la proyección de cintas plásticas con contrapeso de dimensiones importantes como los observados en fecha 07/16/2019 implica un impacto contra la red de protección de la muralla y su paramento de piedra que puede dañar uno y el otro”.

También el riesgo de que “los nudos se desharán o los cordeles se romperán y las piezas metálicas caerán pudiendo dañar a los peatones”, y que, además, “puede afectar a los nidos de los vencejos, especie protegida”.

Las mentes pre-neandertalescas de los radicales, tras meditar mucho, han declarado que: “Es por estos motivos, objetivos y técnicos, que consideramos justificada la retirada de los lazos amarillos”.

Eso sí, critican que el anterior equipo de gobierno (PSC-PP) no realizara ningún informe técnico y retirara los lazos prendidos bajo su mandato por “motivos políticos y partidistas”. Y es que los independentistas, sólo ellos, lo hacen todo bien.

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