
Notre-Dame de París
Nuestra Señora de París en abril de 2019
Saint-Sulpice en París en marzo de 2019
Catedral de Saint Alain de Lavaur en febrero de 2019
Iglesia de Saint-Jacques en Grenoble en enero de 2019,
Iglesia del Sagrado Corazón en Angulema, en enero de 2019,
San Juan, en octubre de 2018
Iglesia de Villeneuve d´Amont, en agosto de 2018
Santa Teresa en Rennes en julio de 2018
Iglesia de San Pablo de Bas-Caraqueten junio de 2018
Nuestra Señora de las Gracias en Revel en junio de 2018
Otros incendios anteriores y en otros lugares
Iglesia de Saint-Martin en Bruay, mayo de 2018
Iglesia de Saint-Brieuc-de-Mauron, en marzo de 2018
Iglesia de Notre-Dame-la-Grande en Poitiers, enero de 2018
Iglesia de Saint-Joachim de Chicoutimi en la Villa de Saguenay (Canadá francés), en noviembre de 2018
Saint Sulpice
San Pablo de Bas-Caraqueten

Iglesia de Saint-Jacques en Grenoble

Iglesia de Saint-Brieuc-de-Mauron

Iglesia Sainte-Thérèse à Rennes

Iglesia Sainte-Thérèse à Rennes

glesia de Saint-Joachim de Chicoutimi (Canadá francés)

Iglesia de Saint-Martin en Bruay

Iglesia de Notre-Dame-la-Grande en Poitiers

Saint Alain de Lavaur
Iglesia de Villeneuve d´Amont
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Los políticos deben sentirse muy fuertes para permitir esto.
Y más fuerte tienen que sentirse los que queman las iglesias, sabiendo muy bien que nadie les va a perseguir y castigar con el Código Penal.
(Por cierto, que esto se parece, muy sospechosamente, a la quema de iglesias en España durante la persecución católica por los masones de la 2 Republica masónica)
Pero si la población de Francia es mayoritariamente católica; y el resto de la población -protestantes y musulmanes- están en contra de la persecución religiosa, como es natural en una minoría, ¿Cómo es que los políticos favorecen estos comportamientos?
Pues es evidente: porque los políticos no representan a sus votantes, sino a sus amos secretos, de quienes depende 100% su carrera política y su carrera post-política (puertas giratorias).
SÍ: esto de la democracia es una farsa, que funciona porque nos queremos engañar de que somos nosotros, y no los políticos y sus amos secretos, los que gobernamos el país en nuestro beneficio.
Pues, nada; como dice el refrán: el que las barbas de su vecino vea pelar….etc
Insisto, porque llevamos 50 años negándonos a ver las nefastas consecuencias de la inmigración masiva musulmana en Francia y otros países europeos, por lo que
vamos a sufrir las mismas consecuencias que ellos están sufriendo.
Pero para cuando todo sea tarde, los corruptos políticos, con nuestras fastuosas pensiones, estarán disfrutando de una merecida jubilación de oro en Miami, al borde de una piscina con mojitos y modelos; porque la vida es bella y corta.
La mierda es para los demás: nosotros.
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