Ya se puede ir olvidando Carles Puigdemont de volver a España e irse de rositas sin responder a la justicia en caso de que consiga el acta de parlamentario para la Eurocámara.

Puigdemont ha chuleado con este tema pensando que es un dios del Olimpo que puede volar sobre fronteras, leyes y justicias. Pero en Estrasburgo se lo han dejado más que clarito. La Eurocámara no le garantiza la inmunidad por salir elegido, si no recoge el acta en su país.

El portavoz del Parlamento Europeo, Jaime Duch, ha asegurado que la Eurocámara no decide nada sobre el expresidente de la Generalitat Catalana ya que es responsabilidad de la Junta Electoral Central y las autoridades españolas que han de ser las que adopten decisiones sobre su acta, y si puede acceder a su escaño y obtener inmunidad.

En resumidas cuentas. A Puigdemont no se le ha quedado cara de tonto, pues ya la lleva puesta desde hace muchos años.